Fidel Castro ha muerto

Castro murió a los 90 años de edad, no sin haber enfrentado más de seiscientos planes de atentados contra su vida e incontables anuncios falsos de su muerte.

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muere

Las cenizas de Fidel reposarán el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia, después de un recorrido a lo largo de toda la isla que rememorará, a la inversa, la llamada Caravana de la Libertad de enero de 1959.

«Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo, que hoy 25 de noviembre del 2016 a las 10:29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la revolución cubana», fue el mensaje difundido por Raúl Castro en una transmisión en la televisión estatal cubana.

La Comisión Organizadora de los funerales de Fidel Castro daría a conocer más que durante nueve días el país permanecerá en Duelo Nacional por el fallecimiento del líder histórico de la revolución cubana y que sus cenizas serán expuestas a partir del 28 de noviembre en el Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución.

Las cenizas de Fidel reposarán el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia, después de un recorrido a lo largo de toda la isla que rememorará, a la inversa, la llamada Caravana de la Libertad de enero de 1959.

En esa ciudad, Santiago de Cuba, donde reposan los restos del Héroe Nacional de Cuba, José Martí en el mismo cementerio de Santa Ifigenia, tendrá lugar un acto de masas en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo.

Castro murió a los 90 años de edad, no sin haber enfrentado más de seiscientos planes de atentados contra su vida e incontables anuncios falsos de su muerte. Pero en esta ocasión, a noventa millas de la isla de Cuba, en pleno desarrollo del llamado Black Friday consagrado en Estados Unidos al hiperconsumismo, la noticia recorrió de inmediato los barrios de la ciudad de Miami y otras partes de la Florida donde la gente se echó a la calle para «celebrar», ahora sí, la muerte de la figura más odiada por el exilio cubano concentrado en esa parte de Estados Unidos, fundiéndose en abrazos y sollozos de júbilo, mientras algunos bebían champán directamente de las botellas dando rienda suelta a su alegría ante las cámaras y los fotógrafos.
Fidel Castro Florida

El aún presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció por su lado la amistad de su país a Cuba tras la muerte de Fidel Castro y aseguró que la historia se encargará de juzgar al líder cubano.

«La Historia registrará y juzgará el enorme impacto de su figura singular en el pueblo y en el mundo a su alrededor», señaló Obama en un comunicado publicado por la Casa Blanca.

«En los próximos días recordará el pasado y mirará al futuro. Mientras lo hace, el pueblo cubano debe saber que tiene un amigo y un socio en Estados Unidos».

 

Obama impulsó la reanudación de las relaciones con Cuba después de más de medio siglo de ruptura y, ante la imposibilidad de levantar el embargo a la isla por la oposición en el Congreso, lo suavizó hasta donde se lo permite su poder presidencial.

«Durante mi presidencia, trabajamos duro para dejar el pasado detrás de nosotros, persiguiendo un futuro en el que la relación entre nuestros dos países está definida no por nuestras diferencias, sino por todas la cosas que compartimos como vecinos y amigos», señaló Obama, destacando además la contribución de los cubano-americanos a Estados Unidos.

 

El presidente Enrique Peña Nieto lamentó el fallecimiento de Fidel Castro, a quien calificó como “un amigo de México, promotor de una relación bilateral basada en el respeto, el diálogo y la solidaridad”.

En un primer mensaje a través de su cuenta twitter, el ejecutivo federal señaló: “lamento el fallecimiento de Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana y un referente emblemático del siglo XX”.

Su desaparición difícilmente implicará un gran cambio en el sistema socialista que edificó en Cuba, donde su hermano adoptó reformas para modernizar la deprimida economía y más tarde inició un proceso con Washington para restablecer los vínculos diplomáticos tras más de cinco décadas de hostilidades. Fidel Castro pareció apoyar tibiamente esas decisiones.

Hace 10 años abandonó la dirigencia del país antillano en favor de su hermano Raúl, pero es innegable que el comunista latinoamericano sigue teniendo una fuerte presencia en el país y fuera de él. Algunos lo recordarán por su estrecha relación con la Unión Soviética y su animadversión hacia los Estados Unidos.

Otros lo tendrán en la memoria como uno de los líderes latinoamericanos que ayudaron a fortificar las políticas comunistas en la región. Lo cierto es que dentro de su natal Cuba durante su mandato se mejoró notablemente el sistema de Salud y la educación, aunque siempre estarán en entredicho algunas libertades civiles y algunas acusaciones en materia de Derechos Humanos.

Por un lado Fidel siempre acusó a los Estados Unidos de boicotear el modelo económico de Cuba con el bloqueo comercial, aunque por otro lado la caída de la Unión Soviética en 1991, no ayudó a que se mostrara prosperidad económica en la isla después de esa fecha, lo propició que el gobierno cubano tuviera que relajar muchas de las prohibiciones económicas y sociales impuestas por el “Comandante” tras la victoria de la Revolución Cubana.

Sin perder los ideales de la Revolución y estructura comunista, Cuba inició una transformación económica que cambió el paradigma del país caribeño.

El 13 de agosto pasado Fidel cumplió 90 años de edad pese a que en abril de este año dio un mensaje que para muchos sonó como una despedida «Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno».

La revolución cubana y Fidel Castro

Nacido el 13 de agosto de 1926 en la aldea de Birán, hijo de un inmigrante gallego devenido terrateniente y una cubana humilde, llegó al poder el 1 de enero de 1959 al derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista, tras 25 meses de lucha guerrillera en la Sierra Maestra.

Enfrentó a once presidentes de Estados Unidos, a la invasión de Bahía de Cochinos organizada por la CIA en 1961, a la crisis de los misiles de 1962, al embargo impuesto por Washington casi desde el inicio de la revolución, a la caída del muro de Berlín y a la desintegración de la Unión Soviética, que había sido el sostén económico, ideológico y militar de la isla por tres décadas.

Bajo su gobierno, más de un millón y medio de cubanos abandonaron la isla por razones políticas y económicas, y se radicaron principalmente en Miami (Estados Unidos), desde donde los más feroces anticastristas organizaron o apoyaron conspiraciones y planes de asesinato en su contra, a veces en complicidad con la CIA.

Fidel Castro, a quien tantos y tantas veces dieron por muerto, tuvo ocho hijos: una mujer (Alina, quien se le opuso y emigró a Miami) y siete varones, cinco de ellos con Dalia Soto del Valle.

Cuba hoy y la incertidumbre sobre el futuro

En los últimos años, el menor de los Castro puso en marcha en Cuba un plan de reformas que se tradujo en una controlada apertura a la iniciativa privada gracias a medidas como la ampliación del trabajo autónomo, si bien la principal forma de la economía de la isla sigue siendo la empresa socialista.

La isla se llenó de «microempresas» privadas como restaurantes, talleres de reparación, salones de belleza o gimnasios y negocios que solo son posibles en un abanico de actividades muy limitado y que están lastrados por la escasez de productos, la inexistencia de un mercado mayorista o la creación de altos impuestos en un país de nula cultura tributaria.

Consciente de que Cuba necesita capital para lograr un «socialismo sustentable», Raúl Castro apostó en los últimos años por la captación de inversión extranjera con la creación en el puerto del Mariel de la primera zona especial de desarrollo del país, y una nueva ley para atraer a empresarios foráneos, pero bajo la premisa de que la isla no se vende.

El anuncio del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos disparó las expectativas sobre la posibilidad de que las reformas económicas raulistas se aceleraran con las medidas de flexibilización impulsadas por el presidente Barack Obama.

Sin embargo, la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump , abiertamente contrario al deshielo, cubrió de incertidumbre ese proceso, mientras el embargo comercial contra la isla aún se mantiene. Incertidumbre que resignifica ahora con la muerte de Fidel Castro, líder histórico de la Revolución.

 

Entre Noticias/Agencias

 

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