En los años posteriores se profundizó la intervención en materia de seguridad con la inauguración de la “Academia de Formación Policial” en San Salvador Chachapa, Puebla, y con la presencia (secreta) de militares estadounidenses en la frontera norte (denunciado por el New York Times el 8 de agosto de 2011).
En un escenario previsible, con Barack Obama reelecto y Enrique Peña Nieto comenzando su sexenio, la integración política, económica y militar entre Estados Unidos y México se acrecienta a un ritmo riesgoso y nocivo.
La implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, y de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte en 2005, intensificó la integración económica con Estados Unidos, pero además encausó la integración política mediante la operación del bipartidismo PRI-PAN y la alternancia de ambos bloques, que tienen secuestrado al gobierno de México. Luego del fraude e imposición de Felipe Calderón en la Presidencia – que contó en todo momento con el apoyo de Washington -, el Palacio Nacional operó todas las líneas que le llegaban desde la Casa Blanca.
Con la Iniciativa Mérida en 2007, el gobierno de George W. Bush dio inicio formal a la integración militar. Pero si su predecesor indicó el paso, Obama se metió “hasta la cocina”. Luego de la visita de Hillary Clinton en marzo de 2009 se iniciaron una serie de medidas intervencionistas de EEUU en México: se abrió la Oficina Binacional de Inteligencia (OBI), se integró la Armada mexicana a las maniobras navales UNITAS 50-09 en May Port Florida del 20 de abril al 5 de mayo, se aprobó el sobrevuelo de “drones” o aviones no tripulados en espacio aéreo mexicano, se anunciaron las aduanas internas para tener agentes estadounidenses en México y revisar la mercancía en territorio foráneo para que se lleven directamente a EEUU sin detenerse en la frontera.
En los años posteriores se profundizó la intervención en materia de seguridad con la inauguración de la “Academia de Formación Policial” en San Salvador Chachapa, Puebla, y con la presencia (secreta) de militares estadounidenses en la frontera norte (denunciado por el New York Times el 8 de agosto de 2011). Además, se han desarrollado maniobras militares conjuntas, por ejemplo en Texas-Tamaulipas del 2 al 9 de mayo de 2012 por parte de ambos ejércitos y el masivo envío de armas de la que la escandalosa operación “Rápido y Furioso” es un botón de muestra.
Al mismo tiempo que se habló de “alianza estratégica” y “cooperación” se estaba construyendo el “muro de la muerte” en la frontera y aumentaron los asesinatos de mexicanos en la zona. La Border Patrol en los últimos 5 años desató agresiones sistemáticas contra los mexicanos. Varios mexicanos han sido asesinados en territorio mexicano por disparos de la Border Patrol desde el otro lado de la frontera o en territorio mexicano como sucedió con Sergio Adrián Hernández, Juan Pablo Santillán, Guillermo Arévalo y otros. Estos asesinatos han sido constantes y los asesinos se mantienen en la impunidad.
El descontento popular contra el PAN y sus dos recientes gobiernos es mayúsculo, pero gracias al bipartidismo impulsado por Washington y desde luego a los descarados fraudes electorales que se practican en ambos lados de la frontera (como por ejemplo en la elección de G. W. Bush) se garantiza instalar en el gobierno federal al PRI.
En este sentido, la administración de Peña Nieto sigue la línea neoliberal y neocolonial que inauguraron Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, que continuó Zedillo como último presidente del PRI del siglo XX y luego profundizaron los gobiernos de Fox y Calderón del PAN. Ahora con el regreso del PRI y la firma por el PRI y el PAN del Pacto por México (que es un Pacto Anti-México), queda más que claro que Peña Nieto está manteniendo con total fidelidad las líneas que le dicta la Casa Blanca.
Por su parte, Barack Obama ha sido reelecto. El flamante «Premio Nobel de la Paz» que rompió récord en redadas y deportación de migrantes y en asesinatos de su Border Patrol contra mexicanos y centroamericanos indefensos, que invade Libia, que bombardea Pakistán y Yemen, que mantiene ocupada Irak, que mandó más tropas a Afganistán, que intervino en México como ningún otro, que mantiene Guantánamo y el bloqueo a Cuba, y que fue favorecido por Wall Street, por lo que no hay duda alguna que va a continuar estos agresivos planes hacia México.
Tanto el TLCSN, la ASPAN y la Iniciativa Mérida buscan el control y sometimiento de nuestro país, para explotar nuestra mano de obra y saquear nuestras riquezas. Los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, el “PRIAN”, con la Reforma Laboral y ahora las Reformas Energéticas y Fiscal, tienen ese mismo objetivo. Buscan mano de obra sin derechos, privatización de petróleo, electricidad y gas y aumentar el IVA para que el pueblo “cargue con el muerto”. Todas estas políticas vienen dictadas por los organismos financieros internacionales FMI y BM que controla Washington. La relación de Obama y Peña Nieto será de estrecha cooperación, pero en detrimento de la soberanía popular de los mexicanos.
Crédito foto: US Department of Defense
Sobre nuestro columnista:
Pablo Moctezuma es politólogo, historiador y urbanista; investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Azcapotzalco. Editor del periódico El Despertar Teixitiani de la Organización México Tekizetiliztli – Unión del trabajo de México.