Los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 fueron de hecho interpretados en el mundo occidental en los términos planteados por Huntington; como un atentado contra la civilización «judeocristiana».
por Rubén Luengas
«Es la primera vez en la historia que un Papa hace participar a mujeres en esta ceremonia», dijo el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, refiriéndose al tradicional lavatorio de pies en Jueves Santo.
Sin duda algo muy significativo para una iglesia dominada por hombres a pesar de estar compuesta por un 61% de mujeres, organizadas en distintas órdenes religiosas, frente a un 39% de hombres, entre sacerdotes,obispos,religiosos y diáconos. Pero más significativo aún, resulta el hecho de que una de las dos mujeres no fuera católica ni cristiana, sino musulmana.
Recordemos la tesis del estadounidense Bernard Lewis en su artículo titulado: «Las Raíces de la Rabia Musulmana» que recogió y popularizó más tarde en todo el mundo Samuel Huntington en su libro: «El choque de civilizaciones». Según Huntington, tras el derrumbe del comunismo y el fin de la guerra fría, el conflicto global no sería ideológico sino cultural y religioso.Huntington consideraba al Islam como una civilización en ascenso, por las extraordinarias tasas de natalidad de la mayoría de las sociedades musulmanas.
Los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 fueron de hecho interpretados en el mundo occidental en los términos planteados por Huntington; como un atentado contra la civilización «judeocristiana». Dicho sea de paso, el mismo Huntington expuso en otro libro «el peligro» que significa para la identidad estadounidense la población inmigrante hispana encabezada por la mexicana que «atenta» contra la trilogía WASP, término que se refiere al carácter blanco, anglosajón y protestante de dicha identidad.
Resulta ahora que el nuevo Papa Francisco, lava y besa los pies de una mujer musulmana (también los de un musulmán según reportes de prensa) entre los de 12 presos del centro de detención juvenil Casal del Marmo en Roma, donde 46 varones y mujeres jóvenes (gitanos o migrantes del norte de Africa) están recluidos.
En el 2006, durante una visita a su natal Alemania, Benedicto XVI citó en un discurso a un emperador cristiano del siglo catorce (Manuel II de Constantinopla) quien dijo que el profeta Mahoma sólo había traído violencia al mundo.Entre las reacciones de enojo de los musulmanes destacó la del dirigente de la Hermandad Musulmana de Egipto, Mohammed Mahdi Akef, al invitar a los gobiernos y sociedades islámicas a romper relaciones con el Vaticano si el Papa no ofrecía disculpas. Siete años después, el Papa Francisco, arrodillado sobre un piso de piedra lavó y besó pies de musulmanes, de negros, de blancos, de mujeres y de hombres, uno de ellos tatuado.
¿ Qué diría de esto, Samuel Huntington, el profeta del «choque de civilizaciones y de la identidad «blanca,anglosajona y protestante» de Estados Unidos que según él, enfrenta el peligro racial y la amenaza cultural de los hispanos?
Aunque muchas cosas debieran ocurrir más de fondo, entre otras también simbólicas, como tal vez un Jueves Santo lavar y besar los pies de víctimas de la pederastia clerical para hablar de una renovación auténtica de la Iglesia Católica, parecería mezquino y ruin negarle su valor a las formas litúrgicas y costumbristas cuyos moldes, el Papa Francisco ha venido rompiendo durante sus apenas 17 días de pontificado.
Crédito foto: Rubén Luengas «Entre Noticias»