El 21 de enero del 2013, en el municipio de Las Margaritas,Chiapas, le fue presentada oficialmente a los mexicanos la «Cruzada nacional contra el hambre». Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el 46.2% de la población mexicana se encontraba hasta hace dos años en situación de pobreza, de los cuales 11.7 millones de personas se encontraban en pobreza extrema.
El 21 de enero del 2013, en el municipio de Las Margaritas,Chiapas, le fue presentada oficialmente a los mexicanos la «Cruzada nacional contra el hambre». Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el 46.2% de la población mexicana se encontraba hasta hace dos años en situación de pobreza…
Cuenta una leyenda china que cierto día, un sabio visitó el infierno. Vio allí a mucha gente sentada en torno a una mesa muy bien servida. Estaba llena de alimentos, apetitosos y exquisitos. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca. Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
El 21 de enero del 2013, en el municipio de Las Margaritas,Chiapas, le fue presentada oficialmente a los mexicanos la «Cruzada nacional contra el hambre». Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el 46.2% de la población mexicana se encontraba hasta hace dos años en situación de pobreza, de los cuales 11.7 millones de personas se encontraban en pobreza extrema.
Es decir, millones de mexicanos para quienes tener hambre «ha sido lo primero que se aprende»; parafraseando una canción en la que Joan Manuel Serrat canta la poesía de Miguel Hernández:
«El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.
Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos donde la vida
habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.
El hambre…
Tened presente el hambre.
Arroja los estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura…»
El pasado 5 de mayo, entro en vigor el Protocolo Facultativo al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PF-PIDESC), tras haber sido firmado por 41 países, ratificado por 10 y que es un tratado internacional para el combate a la pobreza en el que México, a pesar de haber sido uno de los países que impulsó la creación del mismo, se ha quedado «vergonzosamente fuera», en palabras de la organización Amnistía Internacional. «La pobreza en un problema de derechos humanos y ningún esfuerzo para combatirla tendrá resultados efectivos y duraderos si no se ponen los derechos humanos al centro de esta lucha», afirmó Daniel Zapico, Director Ejecutivo de Amnistía Internacional en México.
Octavio Paz, en «El prisionero», poema de su libro «Libertad bajo palabra», afirma y pregunta sobre algo que nos parece aplicable a la realidad del hambre en México:
«El hombre está habitado por silencio y vacío.
¿Cómo saciar esta hambre,
cómo acallar este silencio y poblar su vacío?
¿Cómo escapar a mi imagen?
Sólo en mi semejante me trasciendo,
Sólo su sangre da fe de otra existencia».
Si las palabras pudieran comerse; México sería uno de los países mejor alimentados del mundo. Pero el derecho a la alimentación, uno de los principios proclamados en 1948 por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha sido para los mexicanos «habitados por el hambre», casi siempre, montones de discursos, promesas, programas y proyectos gubernamentales no aptos para el consumo humano. En teoría suena bien, justa y necesaria, la «Cruzada Nacional Contra el Hambre», pero como dijo en Chiapas el ex presidente brasileño, Inacio Lula da Silva, cuya carrera sindical comenzó organizando comedores populares, invitado al lanzamiento de dicha cruzada: «El hambre existe porque le falta vergüenza a los gobiernos del mundo que no se preocupan por su pueblo». Al final de su discurso Lula le dijo a Peña Nieto: «Este país tiene todo lo que el pueblo necesita.No le falle».
Redacción/Entre Noticias