En el 2005, Medea fue una de las mil «mujeres ejemplares» de 140 países nominadas para recibir el Premio Nobel de la Paz en nombre de los millones de mujeres que trabajaban en el mundo comprometidas contra la violencia, y en el 2010 recibió el Premio por la Paz Martin Luther King, entre muchos otros reconocimientos por su activismo en contra de la guerra.
«¡Puedes cerrar Guantánamo hoy!», le gritó Medea Benjamin al presidente Obama durante su discurso sobre la lucha antiterrorista, quien visiblemente molesto respondió: «vale la pena escuchar a esa mujer», pues se trata de «asuntos muy difíciles» para EE.UU. en cuanto a cómo hacerle frente al terrorismo ¿ Pero quién es esa mujer cuya voz «valía la pena escuchar» el jueves pasado en Washington?
Su verdadero nombre es Susan Benjamin, pero utiliza el sobrenombre de Medea inspirada en la figura Medea de la mitología griega.
En el 2002 fue cofundadora de la organización contra la guerra Code Pink: Women for Peace, pronunciándose contra la guerra en Irak y a favor de la prevención de futuras guerras y de la justicia social.
En el 2005, Medea fue una de las mil «mujeres ejemplares» de 140 países nominadas para recibir el Premio Nobel de la Paz en nombre de los millones de mujeres que trabajaban en el mundo comprometidas contra la violencia, y en el 2010 recibió el Premio por la Paz Martin Luther King, entre muchos otros reconocimientos por su activismo en contra de la guerra.
Medea tiene un amplio historial de protestas en las que han estado involucrados personajes como George W Bush, Condoleezza Rice, el ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y muchos otros a quienes ha forzado a confrontar verdades incómodas al ser sorprendidos por la voz de esta mujer judía que en el 2009 se unió al comité directivo de la Marcha por la Libertad de Gaza, siendo tres años más tarde arrestada y deportada por participar en Bahrein en una protesta declarada ilegal por las autoridades de ese país, el más pequeño de la región del golfo Pérsico , pero que es un gran pilar de la estructura militar de Washington en la zona, además de estar ubicado muy cerca de las reservas de petróleo más importantes.
Una de las preocupaciones más acentuadas de Medea Benjamin, es el uso de vehículos no tripulados para «asesinatos selectivos», porque la llamada «guerra de los drones» es altamente secreta y por lo tanto muy difícil de identificar y cuantificar a sus víctimas.
En febrero pasado, el senador republicano Lindsay Graham reconoció que las víctimas de los drones asciende a 7.400 muertes y que muchas de ellas son de civiles inocentes, pero que se justifican, dijo el senador, «porque estamos en guerra».
La respuesta de Medea Benjamin a la defensa republicana y demócrata del uso de los drones, es la publicación de su investigación en el libro titulado «Drone Warfare, Killing by Remote Control (Guerra de los Drones, Matando a Control Remoto). Es un libro que cuenta cuándo y cómo inició el gobierno de EE.UU. con el programa de los drones, cuáles son las corporaciones que los fabrican, dónde están y quiénes operan las bases desde las cuales son controlados estos aviones no tripulados y el terror que provocan entre la población de los territorios que sobrevuelan.
Aunque el presidente Obama anunció el jueves la firma de un documento que estipula que el uso de «drones» se limitará a casos de amenaza «inminente» contra estadounidenses, justificó lo que ha sido su utilización hasta ahora diciendo: «La guerra convencional conlleva más riesgos para los civiles que los drones».
redacción/Entre Noticias
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