Crecen las protestas sociales en Brasil (Actualización)

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Todas las miradas están puestas en el más populoso y extenso país de Latinoamérica, tanto por su desarrollo económico (forma parte del grupo BRIC), como por ser la sede del próximo mundial de fútbol este 2014. Pero esta semana, Brasil se ha tomado las portadas de los medios internacionales por otros motivos.

Los manifestantes reclaman el deterioro de los servicios públicos y se enfrentan a la policía en medio de la Copa Confederaciones, considerado un ensayo para la Copa Mundial del próximo año. La presidenta Dilma Rousseff propuso un plebiscito para decidir sobre una Asamblea Constituyente.

Actualización:

La presidenta Dilma Rousseff habló a su país a raíz de las crecientes marchas y protestas a lo largo y ancho de Brasil, proponiendo un referéndum (plebiscito) para que la ciudadanía pueda optar por una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna. Esta posibilidad ha sido rechazada por la oposición y miembros del Poder Judicial, por lo que el gobierno ahora analiza hacer reformas sin tocar la Constitución, mientras las protestas continúan en un proceso que ha sido bautizado como «el otoño brasileño».

La mandataria ha presentado un proyecto de transporte público de 17,000 millones de libras esterlinas en respuesta a la agitación social, en un país cuya carga impositiva es una de las más altas de Latinoamérica, pero cuyo gasto público es ineficiente, añadiendo múltiples casos de corrupción política en la distribución de los fondos públicos.

Artículo original:

Todas las miradas están puestas en el más populoso y extenso país de Latinoamérica, tanto por su desarrollo económico (forma parte del grupo BRIC), como por ser la sede del próximo mundial de fútbol este 2014. Pero esta semana, Brasil se ha tomado las portadas de los medios internacionales por otros motivos.

Los protagonistas son miles de manifestantes, ciudadanos airados que reclaman el deterioro de los servicios públicos, ante un gobierno que está gastando 15.000 millones de dólares en la organización del evento deportivo. Mientras se está disputando la Copa Confederaciones (considerada un ensayo a la Copa Mundial del próximo año), las calles brasileñas se llenan de protestas y la gente asedia incluso los partidos donde juega su selección (el último de ellos ante la escuadra mexicana).

«¡Brasil, vamos a despertar, un profesor vale más que Neymar!», gritaban a unos 3 kms del estadio 15 mil personas que reclamaban por mejor educación y mejor infraestructura de los hospitales, en vez de construir estadios que es lo que se está haciendo actualmente.

Según la presidenta Dilma Rouseff, el gobierno está “escuchando esas voces por el cambio”, elogiando lo que llama “la fuerza de la calle”. Sin embargo, la mandataria ha enviado militares a cinco grandes ciudades del país para controlar las manifestaciones.

La mayoría de protestas han sido pacíficas, pero en Río de Janeiro se invadió la sede legislativa, en Sao Paulo se tomaron el municipio y en Brasilia protestantes se subieron al techo del Congreso. En las redes sociales se ha viralizado una fotografía que muestra a un policía rociando gas pimienta directamente en el rostro de una estudiante indefensa.

Uno de los temas candentes entre la ciudadanía ha sido la alza de la tarifa del transporte público en ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro. Sus autoridades acaban de anunciar una rebaja en los pasajes de la locomoción colectiva para calmar la efervecencia popular. El alcalde paulista Fernando Haddad dijo que volverán a las tarifas originales antes de las alzas, declarando que «esto significará un gran sacrificio y tendremos que reducir inversiones en otras áreas», aunque no especificó dónde se realizarán los recortes.

El efecto de esta medida paliativa en las masivas protestas es aún incierto. «Es difícil adelantarse al movimiento porque no hay una imagen clara de quiénes son o qué exactamente es lo que harán (…) Es difícil tener un discurso con alguien que no conoces», señaló David Fleischer, cientista político de la Universidad de Brasilia, citado por la agencia Reuters.

Redacción «Entre Noticias»

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