Cuando el New York Times publicó los informes secretos del Pentágono, se armó un escándalo en todo el país y la Casa Blanca dijo entonces que la filtración de los documentos era «un ataque a la integridad del gobierno». Richard Nixon pedía textualmente «dejar de convertir en héroes nacionales a aquellos que roban secretos y los publican en los diarios».
Los secretos del Pentágono
«El lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez»
George Orwell
“En mi opinión, no ha habido en la historia de Estados Unidos una filtración tan importante como la publicación de Edward Snowden del material de la National Security Agency (NSA), ni siquiera mi filtración de los documentos del Pentágono hace 40 años. La filtración de Snowden nos da la posibilidad de recuperar una parte fundamental de lo que ha significado un ‘golpe del Poder Ejecutivo’ contra la Constitución de Estados Unidos”, escribió Daniel Ellsberg, quien en la década de 1960 trabajaba como analista del Departamento de Defensa de Estados Unidos cuando el entonces Secretario de la Defensa, Robert McNamara, le pidió que hiciera un informe secreto sobre la actuación del ejército estadounidense en la guerra de Vietnam.
Ellsberg se puso a trabajar, descubriendo en el proceso de su investigación que cinco presidentes de EE.UU. le habían mentido al pueblo sobre el verdadero papel de su país en Vietnam, decidiendo en 1971 filtrar a la opinión pública su informe de 7.000 páginas conocido como «Los papeles del Pentágono», entregados al periódico The New York Times, para revelarle al pueblo estadounidense la «historia secreta» de la guerra de Vietnam.
Cuando el New York Times publicó los informes secretos del Pentágono, se armó un escándalo en todo el país y la Casa Blanca dijo entonces que la filtración de los documentos era «un ataque a la integridad del gobierno». Richard Nixon pedía textualmente «dejar de convertir en héroes nacionales a aquellos que roban secretos y los publican en los diarios».
Transcurría para Ellsberg su primer año de matrimonio y enfrentaba de pronto la posibilidad de pasar el resto de sus días en la cárcel: «¿No iría usted a la cárcel si sirviera para poner fin a esta guerra?», le respondía Ellsberg a un periodista que le preguntaba sobre si no tenía miedo de que la prisión fuera su nueva residencia.
Nixon ordenó una persecución salvaje contra Ellsberg señalándolo como traidor, mientras Henry Kissinger lo calificaba como «el hombre más peligroso de América». Daniel Ellsberg ha declarado en entrevistas que: «Exponer las mentiras de un gobierno conlleva un grave riesgo personal. Pero vale la pena cuando hay vidas en peligro»
El llamado «hombre más peligroso de América», ha sido uno de los principales defensores de las acciones de Bradley Manning y Edward Snowden.
Documental: «El hombre más peligroso de América»