¿Qué es eso de TPP? Si usted no tiene ni la menor idea de qué es el TPP, en realidad no es su culpa. Se supone que para eso estamos nosotros los medios de información, pero la verdad es que los medios de información casi no han informado sobre lo que son a fondo esas tres letras.
por Rubén Luengas
Ya pasó el Día de los Presidentes en Estados Unidos, pero no la vigencia de lo que dijo su trigésimo presidente en la década de 1920 Calvin Coolidge : «El negocio de los Estados Unidos son los negocios».
¿A qué fue el presidente Barack Obama a la ciudad de Toluca en México? No a celebrar los 20 años del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, porque como decía Benjamin Franklin: «Time is Money». La respuesta está de hecho en la frase del ex-presidente Coolidge: Obama fue a Toluca a hacer negocios. El mismo Presidente Obama lo dijo en sus palabras tras lamentar no poderse quedar más tiempo «para probar el legendario chorizo» de Toluca ya que el motivo de su visita «fueron los negocios».
«Tanto México como Canadá son «dos aliados cercanos y socios», enfatizó esta semana el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en su rueda de prensa diaria. Más allá de profundizar los lazos económicos y la cooperación en seguridad para que la región gane en competitividad 20 años después de la firma del Tratado de Libre Comercio en América del Norte (TLCAN), a Obama le interesa especialmente esa cumbre para agilizar las negociaciones del TPP, de las que forman parte 12 países, entre ellos Estados Unidos, México y Canadá.
¿Qué es eso de TPP? Si usted no tiene ni la menor idea de qué es el TPP, en realidad no es su culpa. Se supone que para eso estamos nosotros los medios de información, pero la verdad es que los medios de información casi no han informado sobre lo que son a fondo esas tres letras. Literalmente significan: Trans-Pacific Partnership (TPP), por sus siglas en inglés. En español es el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica que se ha venido negociando en secreto, sin que ni el mismo Congreso de los Estados Unidos tenga conocimiento público de su contenido a pesar de que, por lo poco que se ha filtrado, sabemos que en caso de entrar en vigor tendrá un impacto muy fuerte en la vida de millones de personas.
Similar al proyecto del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), pero este nuevo acuerdo abarca mucho más que solo aspectos comerciales. Contiene unos 26 capítulos que incluyen, entre otros: aduanas, servicios trans-fronterizos, telecomunicaciones, compras públicas, políticas de competencia, cooperación y desarrollo de capacidades, inversiones, servicios financieros, regulaciones ambientales y derechos de propiedad intelectual. De lo poco que se conoce al respecto –pues los documentos de negociación se mantienen bajo estricta reserva- el TPP resulta ser muy preocupante pues va aún más allá de la mayoría de tratados anteriores. Exigirá la modificación de numerosas leyes internas de los países involucrados respecto a derechos de propiedad intelectual, inversión y protección ambiental y otros temas.
El TPP permitiría a las empresas extranjeras enjuiciar a países soberanos si imponen restricciones que afecten sus intereses. Amenazaría el acceso a medicamentos esenciales en los países en desarrollo, y haría peligrar el libre acceso a la información en Internet. Pero sobre todo, el TPP se negocia con una falta total de transparencia, que hace que la ciudadanía no pueda opinar sobre decisiones fundamentales que comprometerían a sus respectivos países y su soberanía durante las próximas décadas.
Semanas antes de la visita de Obama a Toluca, Jaime Serra Puche,presidente de SAI Consultores y uno de los negociadores mexicanos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, dijo: «Tenemos que llegar a un acuerdo de colaboración con Estados Unidos y Canadá, para armar un esquema de política energética que haga competitiva a la región».Posición compartida por la negociadora estadounidense del TLCAN, Carla Hills, ahora presidenta de Hills & Company International Consultants, quien dijo que el TPP ofrece una oportunidad para nuevos asuntos entre los tres países como telecomunicaciones, comercio electrónico y armonización de reglas de origen, y el negociador canadiense Michael Wilson, ahora presidente del banco británico Barclays Capital y autor de un ensayo en la revista Foreign Affairs de enero-febrero en el que dice: “Los tres países pueden y deben trabajar juntos para desarrollar recursos no convencionales responsablemente, construir y mantener infraestructura energética y promover altos estándares de eficiencia de energía».
Antes de la «Cumbre de Toluca» el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, había dicho que «el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) son complementarios y sumados son capaces de abrir nuevos mercados para la región de América del Norte».
La frase de Calvin Coolidge sigue teniendo una gran vigencia y explica la esencia de la «Cumbre de Toluca» en la que Obama no tuvo tiempo de probar el famoso chorizo: «El negocio de los Estados Unidos son los negocios».