Debido a que muy pocos femicidios son reportados en estas áreas, la información disponible pudiera ser muy distante de la realidad, pero según recientes estudios, menos del 2 por ciento de los homicidios de mujeres son investigados, y más del 90 por ciento de los acusados son liberados.
En India, 1 de cada 4 niñas no vive más allá de la pubertad, mientras que en China las estimaciones indican que se cometen 35,000 abortos cada día.
Original en inglés por Blaise Francis.
Cuando escuché el término “femicidio” por primera vez, pensé que se trataba de otra retórica feminista para victimizar a las mujeres. O sea, por supuesto que es horrible el maltrato a la mujer, pero las muertes violentas masculinas, por las guerras, revoluciones, pandillas, etc., son mayores que las femeninas, y no hay ningún término especial para todas esas fatalidades. ¿Por qué hay un concepto especial para las víctimas mujeres?
He aprendido que la respuesta se basa en los motivos del flagelo femenino. El término “femicidio” es usado para describir a la enorme población humana que ha sido asesinada simplemente por el hecho de ser mujeres, por su género. Si estas personas hubiesen nacido varones, no habrían sido violentadas y sus vidas seguirían teniendo valor y dignidad.
Mucha de esta violencia de género ocurre en Latinoamérica, en lugares como El Salvador, Guatemala, Ciudad Juárez en México, en Honduras, por nombrar algunos. Muchos de estos asesinatos ocurren por el creciente incentivo económico de la trata y comercio de personas, además de la acción de los carteles de drogas, a veces con el consentimiento de las autoridades locales. En muchos de estos lugares, los asesinatos de mujeres son desestimados por la inversión de tiempo y recursos para su investigación, y usualmente quedan impunes. Esto puede explicar lo que se denomina como “machismo”, ese sentimiento general que las mujeres tienen un menor valor que los varones.
Debido a que muy pocos femicidios son reportados en estas áreas, la información disponible pudiera ser muy distante de la realidad, pero según recientes estudios, menos del 2 por ciento de los homicidios de mujeres son investigados, y más del 90 por ciento de los acusados son liberados.
En contra de estas mujeres están también los indiferentes, cuyo daño colateral frente a la creciente prominencia del narcotráfico y de la trata de blancas. Sin embargo, aunque la situación de estas mujeres en Latinoamérica es macabro, lo que ocurre en India y China puede ser incluso peor.
Si bien “femicidio” es un concepto relevante en estos países, existen también otras palabras que pueden describir las atrocidades que se cometen en el sur de Asia, tales como “infanticidio” (el asesinato de infantes) o “feticidio” (el asesinato de fetos). Aunque estos términos no son sinónimos de femicidio, en India y China bien podrían serlo.
En India, se les quita la vida a los lactantes al nacer, cuando los padres conocen el sexo del menor y saben que ha nacido una niña. ¿Por qué? Por el sistema del “Dote”. El sistema del “Dote” funciona así: cuando la niña está en edad de casarse y encuentra un esposo, la familia de la mujer debe darle sendas sumas de dinero y bienes a la familia del futuro esposo, hasta que la familia del prometido esté satisfecha. Luego de que contraen nupcias, la esposa comienza a formar parte de la familia del marido y deja de pertenecer a la familia de sus padres. Entonces, mientras mayor sea el status social del marido, mayor es la cantidad de dinero y bienes que la familia de la novia prometida le debe dar. En un pais tan pobre como India, una hija es vista como una gran carga económica para sus padres. Y aunque oficialmente se ha disuelto el sistema de dote, la tradición prevalece socialmente.
Por lo tanto, al contrario de lo que sucede en Latinoamérica, la violencia de género en la India es cometida también por las mujeres. Hay madres que han matado a sus propios bebés, una y otra vez, hasta que puedan parir un varón. Si las niñas no mueren durante las primeras semanas de nacer, es muy probable que los bebés sean abandonados. De hecho, 2 de cada 4 mujeres en India no sobrevive más allá de la pubertad. Tristemente, en China el escenario es también deplorable.
En China, no es el sistema de dote, sino que la política de “un solo hijo” que está causando la violencia contra la mujer. Como un intento de controlar la sobrepoblación en China, el gobierno de ese país ha impuesto que cada familia no está permitida de tener más de un hijo en zonas urbanas y no más de dos hijos en zonas rurales. Está política, combinada con la noción cultural que los varones tendrán mejores ingresos y que solamente ellos pueden cargar el apellido de la familia, ha provocado una muy dañina situación para las mujeres.
Se cometen un estimado de 35 mil abortos diarios en China, dejando la proporción de hombres y mujeres muy desbalanceada en el país oriental. Según un estudio de CNN, cerca de 30 millones más de varones que de mujeres alcanzarán la adultez para el 2020. O sea, todos estos 30 millones de varones no tendrán esposas para poder casarse.
Esta horrible realidad debe ser reconocida y solucionada por hombres y mujeres alrededor del mundo, especialmente en occidente. Toda esta problemática es tratada en el documental “It’s a girl” (“Es una mujer”), cuya sinopsis pueden ver al final de este artículo. Según los datos que se entregan, cada año China e India eliminan más mujeres que todas las niñas nacidas en Estados Unidos anualmente. Si acciones precisas no son tomadas, el valor de la vida y la dignidad de estas mujeres en las regiones referidas y en consecuencia en el mundo seguirá disminuyendo.
Editado y traducido por Hugo Espinoza.
