Si viviéramos en genuina y auténtica democracia, donde nadie estuviera efectivamente por encima de la ley, como tanto se cacarea: George W Bush, Dick Cheney, Condoleezza Rice, Tony Blair, José María Aznar y una larga lista de nombres de responsables directos de causar cientos de miles de asesinatos, mutilados, ciegos, huérfanos, desplazados, niños con malformaciones o víctimas de todas las edades con daño cerebral irreversible, habrían sido juzgados y condenados a pagar sus culpas en la cárcel por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Por Rubén Luengas
La mejor y más efectiva arma que tuvo la administración de George W. Bush para embarcar al pueblo estadounidense en la ilegal invasión a Irak en 2003 fue la mentira. Reproducida por los grandes medios de comunicación sin cuestionamientos ni escrúpulo periodístico alguno, la mentira ayudó a manufacturar el consenso patriótico deseado por el gobierno para llevar a cabo su plan de ataque contra Irak. Consenso que tuvo que ver más con el verbo creer que con el verbo pensar. Patriotismo ciego que decidió ver sólo aquello en lo que se cree y en el que no tuvo cabida la reflexión, la duda, la introspección y ni siquiera la curiosidad.
Once años después, el ex representante demócrata por Ohio, Dennis Kucinich, le dice en un artículo a los estadounidenses: » Paremos ya de decir que la guerra contra Irak fue un error, porque la retórica del ‘error’ no es una retórica de contrición sino de negación ya que resta importancia a las desastrosas consecuencias de la guerra, tranquiliza las conciencias y priva a los estadounidenses de la oportunidad de sacar algún tipo de enseñanza de la desastrosa política exterior de nuestra generación». Agrega Kucinich en su artículo: «La guerra de Irak no fue un ‘error’ sino el resultado de un engaño calculado. El hecho doloroso, crudo, es que nos mintieron y ya es hora de decirlo».
Kucinich tiene razón. No fue error sino mentira aquello de que:
«Sadam Hussein tiene armas de destrucción masiva», «posee armas biológicas y químicas», «no queremos que la prueba sea la de un hongo atómico» o que «Husein tuvo que ver con los ataques del 11 de septiembre y que tenía vínculos con Al Qaeda».
Si viviéramos en genuina y auténtica democracia, donde nadie estuviera efectivamente por encima de la ley, como tanto se cacarea: George W Bush, Dick Cheney, Condoleezza Rice, Tony Blair, José María Aznar y una larga lista de nombres de responsables directos de causar cientos de miles de asesinatos, mutilados, ciegos, huérfanos, desplazados, niños con malformaciones o víctimas de todas las edades con daño cerebral irreversible, habrían sido juzgados y condenados a pagar sus culpas en la cárcel por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
En enero de 2008, el Centro para la Integridad Pública, dio a conocer el resultado de un estudio que contabilizó un total de 935 afirmaciones falsas de Bush y 7 importantes miembros de su gabinete durante los dos años que siguieron a los atentados del 11 de septiembre de 2001. Falsedades que casi la totalidad de los medios de información hicieron propias como parte de una clara campaña de propaganda bélica.
Dennis Kucinich también tiene razón al afirmar que «el caos actual y la presente violencia en Irak son consecuencia directa de la decisión que tomó Estados Unidos -en 2003- de lanzarse a esa guerra».
Inquietante en el contexto de este caos actual y de la violencia en Irak, protagonizada por el autonombrado «Estado Islámico» (EI), resulta escuchar declaraciones como las que hiciera el ex oficial de la Marina de Estados Unidos, Kenneth O’ Keefe, en entrevista con Press TV, afirmando que los extremistas del EI que opera en Irak y Siria, fueron financiados por EE.UU. a través de los gobiernos de países como Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita:
«El Estado Islámico es un monstruo creado por nosotros«, dijo O’ Keefe a esa televisora desde la ciudad de Londres.
La del ex Secretario de Estado y premio Nobel de la Paz Henry Kissinger, durante su intervención en la Escuela Gerald R. Ford de Política Publica de la Universidad de Michigan:
«Me gustaría ver a Siria como un país desintegrado y balcanizado con más o menos regiones autónomas«.
La del ex presidente de la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense, Bob Graham en declaraciones recientes al diario británico The Independent en las que afirma:
«Estados Unidos sigue sin hace caso al papel de Arabia Saudita que fue una figura central para el financiamiento del Estado Islámico y otros grupos extremistas, ni a su posible participación en los atentados terroristas del 11 de septiembre».
O la declaración tan reveladora de Condoleezza Rice en el verano de 2006 en una comparecencia realizada en Tel Aviv junto con el primer ministro israelí, cuando palestinos y libaneses perecían bajo bombas israelíes e iraquíes y afganos morían bajo el asedio de la aviación estadounidense:
«Es el momento de un nuevo Oriente Próximo y el momento de decirles a aquellos que no quieren un Oriente Próximo diferente que nosotros prevaleceremos y ellos no. Lo que estamos viendo son, en cierta forma, los dolores de parto de un nuevo Oriente Próximo y todo lo que nosotros hacemos es asegurarnos de presionar para no volver a lo anterior».
Mientras la republicana Condoleezza Rice, vaticinadora de «un nuevo Oriente Próximo», quiere ahora convertirse en la primera mujer en dirigir la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL por sus siglas en inglés), el demócrata Barack Obama ha anunciado una «campaña sistemática de ataques aéreos contra el Estado Islámico en Siria y en Irak con el creciente apoyo a las fuerzas que lo combaten en el terreno y con la diferencia, en relación con las anteriores intervenciones en Irak y Afganistán, de que Estados Unidos no enviará oficialmente fuerzas terrestres sino consejeros e instructores». Aún así, el presidente Obama terminó el anuncio público de su plan de ataque con la acostumbrada imploración divina: «Que Dios bendiga a nuestras tropas. Que Dios bendiga a los Estados Unidos de América»¿Terminará Obama enviando tropas a territorio iraquí?
Muy alejado del espíritu de la exhortación del ex representante Kucinich para mirar con autocrítica y veracidad el legado desastroso de la invasión estadounidense en Irak basada en manipulaciones y mentiras, el presidente Obama recurrió una vez más a la retórica de la excepcionalidad de su país en el mundo:
«Estados Unidos está ‘bendecido’ porque asume las tareas más difíciles, empezando por la responsabilidad de ejercer el liderazgo. En un mundo incierto como nuestro mundo actual, el liderazgo estadounidense es la única constante. En efecto, es Estados Unidos el que tiene la capacidad y la voluntad de movilizar al mundo contra los terroristas».
¿Ignora Obama que «los dolores de parto» del Estado Islámico con el que la Casa Blanca ha dicho «estar en guerra«, se gestaron cuando para derrocar a Mouammar Kadhafi en Libia, la OTAN, bajo el liderazgo de Estados Unidos, financió y armó a yihadistas considerados terroristas que tras el derrocamiento de Kadhafi se trasladaron a Siria para buscar derrocar a Bashar al-Asad. Siendo justo en Siria, el país que Kissinger quiere ver » desintegrado y balcanizado con más o menos regiones autónomas», donde en 2013 nació el Estado Islámico y al que «se le facilitó el paso a través de Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Turquía y Jordania» según denuncia Manlio Dinucci, autor del libro «Anatomia della guerra infinita»?
La vaticinadora de un «nuevo Oriente Próximo». Condellezza Rice, puede darse el lujo de apetecer convertirse en la primera mujer en dirigir el rudo deporte de las tacleadas y el presidente Obama el de exponerse así mismo como el representante de la encarnación del bien en la tierra al afirmar en la presentación de su plan de ataque:
«Continuamos enfrentando una amenaza terrorista porque no podemos borrar del mundo todo rastro del mal».
Que nos disculpe el premio Nobel de la Paz 2009, pero si abominables resultan las acciones perturbadas de los asalariados terroristas criminales del mal llamado Estado Islámico, deleznable resulta igualmente la auto-exculpación implícita en las palabras de Obama como si el gobierno del país que él ahora representa no tuviera ninguna responsabilidad por la descomunal crisis humanitaria dejada en Irak tras las operaciones militares invasoras encabezadas por Estados Unidos desde marzo del 2003 y como si estas no hubiesen sido terreno fértil para hacer de la invasión un gran negocio, para la proliferación de mercenarios y contratistas privados que inundaron la zona de guerra ganando entre 5 y 10 veces más que los soldados estadounidenses presentes en Irak, al grado de que cientos de los miembros de las fuerzas especiales pidieron su baja durante los últimos cuatro años de la ocupación para pasarse al sector privado. La guerra de Irak se convirtió de hecho en la movilización militar más privatizada en la historia de Estados Unidos llegando a superar el número de contratistas privados al número de tropas tradicionales. 160.000 ‘contratistas privados’, mercenarios, especialistas, guardaespaldas, torturadores en el apogeo de la ocupación, calcula el respetado especialista de la situación en Irak, Patrick Cockburn, y que gracias a Paul Bremer, el jefe designado por la Casa Blanca para dirigir la Autoridad Provisional de la Coalición, gozaron de absoluta inmunidad ante las leyes iraquíes, habiendo cometido crímenes como el realizado en septiembre de 2007 por agentes de la compañía privada de seguridad estadounidense «Blackwater» contra 17 civiles que perdieron la vida en la plaza Al-Nasur de Bagdad.
No vivimos tiempos para conjugar el verbo creer, sino para conjugar el verbo pensar. La irrupción del llamado Estado Islámico y sus repugnantes acciones terroristas de limpieza étnica en la antigua Mesopotamia, parece venirle como anillo al dedo al viejo plan para el diseño del «Nuevo Medio Oriente» al que se refirió también públicamente en marzo de 2007 el general retirado estadounidense, Wesley Clark, quien fuera el Comandante Supremo de la OTAN en la guerra de Kosovo:
«Diez días después del 11 de septiembre fui al Pentágono. Vi al secretario Rumsfeld y al subsecretario Wolfowitz, bajé las escaleras para ver a un montón de gente que había trabajado para mí y entonces uno de los generales me llamó y me dijo: ‘Hemos tomado la decisión de entrar en guerra con Irak». Así que dije: ¿Vamos a entrar en guerra con Irak? ¿Por qué? Él dijo: «No lo sé». Entonces le pregunté si hay alguna información que conecte a Sadam con Al Qaeda y me dijo: «No, no…ellos simplemente tomaron la decisión de entrar en guerra con Irak». Fui a verle unas semanas después y le pregunté: ¿Aún vamos a entrar en guerra con Irak? Me dijo: «No, es peor que eso». Fue a su escritorio y tomó un papel y dijo: «Esto describe como vamos a invadir 7 países en 5 años empezando por Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y para terminar, Irán«.
Ante el reciente anuncio de Barack Obama sobre su plan de ataque contra los terroristas del Estado Islámico en Irak y en Siria, nadie en ese contexto está en condiciones de decirse «bendecido» y de «darse baños de pureza». Ni de cerrarle tampoco una vez más las puertas a la reflexión, al análisis, a la introspección, porque la realidad nos ha demostrado hasta el cansancio que efectivamente: «La primera víctima de la guerra es la verdad».
creo firmemente que finalmente Obama es la ultima contratacion de "los contratistas privados" sea por que fracaso ante el continuo golpeteo de los representantes de las transnacionales que arteramente le congelaron sus propuestas. Sea, que de plano perdio el piso rotundamente ya que esta asumiendo posturas mas bien Republicanas , o finalmente por que son valores entendidos, ya que siento devuelta el animo guerrerista y vindicativo en la poblacion sobretodo en la Americana, y espanta ver que el presidente no es NADIE finalmente ante el desmezurado poder de los Iluminati. Se palpa el ambiente politico internacional como debieron sentir los Europeos ante el inminente empoderamiento del FASCISMO, solo que ahora es a nivel rotunda y aplastantemente mundial. Ahora si aplica el Mexicano dicho:Dios nos agarre confesados.
El poder detras del poder y unos pocos titeres visibles para convenser a mayoria de que es lo correcto y lo mejor…es un alto precio que estamos pagando los mas, los pobres, los credulos, los ingenuos que prefieren creer que todo "es por tu bien"…tristemente unos pocos que ven las cosas cual son no pueden cambiar al mundo mientras no seamos una sola voz…