Algo similar está sucediendo entre la comunidad latina y la Casa Blanca, con respecto al tema de la inmigración. Mientras era candidato, Barack Obama prometió actuar en un plazo de 100 días para empujar una reforma sustancial. Luego se indicó que debido al desgaste político que supuso la legislación de Salud (Obamacare), que la Reforma Migratoria sería prioridad para su segundo mandato.
A pesar de ciertos avances, como la Acción Diferida para personas jóvenes y la promoción en el Senado de un cuerpo legislativo extenso en la materia, nuevamente el presidente Obama ha optado por aletargar un “golpe de timón”.
El argumento sería estrictamente electoral: el oficialista Partido Demócrata teme perder la mayoría en el Senado, y con ello, dejar el control legislativo a manos del Partido Republicano. La Reforma Migratoria ha sido usada duramente contra los candidatos demócratas de parte de sus rivales republicanos en los distritos más conservadores del país.
Líderes latinos difieren respecto a estrategia
Ante tal escenario, existen voces divergentes respecto del rol que la comunidad, y en especial el electorado hispano debería acometer en las próximas elecciones legislativas y estatales de noviembre.
Con excepción de los exiliados cubanos de Florida, el electorado latino se ha mostrado históricamente a favor del Partido Demócrata. A raíz de los innumerables fracasos de las administraciones de Clinton y Obama para abordar el tema, algunos líderes ya no parecen mantener esa lealtad electoral.
La columnista Carmen Velasquez de Chicago llama directamente a dejar de votar por los demócratas, mientras que el actor Wilder Valderrama critica duramente a Obama por su falta de decisión. Otros activistas “dreamers”, como Erika Andiola y César Vargas, han increpado en persona a la presidenciable demócrata Hillary Clinton. Pablo Alvarado, de la red nacional de jornaleros, también indica malestar de que la Casa Blanca siempre se acerca a intermediarios pero nunca a los reales representantes de las comunidades.
El propio congresista Luis Gutiérrez (D – Illinois) declaró estar “frustrado y enojado” con el presidente Obama, a pesar de que llamó a los votantes latinos a no ejercer un voto de castigo hacia los candidatos demócratas. Esto va en la misma línea de la activista Dolores Huerta, quien se ha manifestado a favor de seguir apoyando al Partido Demócrata.
El voto latino es fundamental
Analistas indican que el voto de la comunidad latina será decisivo en varias competencias electorales, como las senatoriales de Colorado y las estatales (para elegir gobernador) de Illinois y Florida. Mientras que en los estados de Arizona y Colorado los candidatos han hecho un esfuerzo mayúsculo por captar a la población latina, en otros estados que tradicionalmente tienen un electorado más homogéneo, los cambios demográficos hacen que el voto hispano se vuelva crecientemente más importante. Este es el caso de las carreras proselitistas en North Carolina, Kansas, Georgia and Michigan, donde los candidatos senatoriales están cabeza a cabeza.
Cada mes, unos 60,000 latinos cumplen mayoría de edad para votar. Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), se pronostica que 7.8 millones de latinos votarán este próximo 4 de noviembre. Sin embargo, frente a la derrota política que ha significado la demora por una Reforma Migratoria y las deportaciones masivas que ha cometido esta administración, la apatía del electorado hispano pudiera tener un resultado muy costoso para el oficialismo.
Según la columnista Maribel Hastings, la opción sigue siendo participar en números crecientes para demostrar la fuerza del voto hispano. La idea es informarse de qué candidatos están a favor de una Reforma Migratoria y apoyarlos con el voto.
Cuando fue confrontada por los “dreamers”, Hillary Clinton pidió “elegir más demócratas” como solución para impulsar la Reforma Migratoria. El presidente Barack Obama ha prometido actuar antes de las festividades de fin de año.
Sin embargo, como nunca antes, durante la primera y hasta en la segunda administración de Obama, con los demócratas controlando el Senado, hubo una mejor chance con respecto al capital político para emprender dicha legislación. El problema radica en las promesas incumplidas y la falta de confianza, como Pedro que mintió tantas veces anunciando al lobo en la fábula infantil. Ahora los políticos del Partido Demócrata ya no están jugando a ganar, sino que a no perder.