El último brote del virus Ébola en África occidental ha cobrado la vida de más de 3 mil personas, mientras que la cantidad de infectados aumenta cada jornada. Y si en un principio parecía tratarse de una emergencia sanitaria que sólo afectaba a esta región del planeta, ahora las alarmas están puestas en nuestro hemisferio.
En Estados Unidos, un hombre de Liberia fue atendido en el Hospital Presbiteriano de Dallas, donde no pudieron entregar un diagnóstico certero sobre las causas de su fiebre. Eric Duncan fue enviado a casa, a pesar de que manifestó a los doctores que recientemente había visitado África occidental.
Dos días después, Duncan regresó al hospital en ambulancia, luego de que sus síntomas se intensificaran, y luego que padeciera fuertes vómitos en su propiedad. Su sobrino llamó al Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Duncan fue finalmente diagnosticado con virus Ébola, ante la evidente falta de capacitación del personal médico de rutina para hacer frente al brote de esta enfermedad.
Se teme que más de 100 personas estuvieron en contacto con Eric Duncan durante los días en que estuvo padeciendo en su hogar. Cuatro de sus parientes han sido puestos en cuarentena a la espera de ver cómo evolucionan sus condiciones de salud.
Lamentablemente, el contacto con la sangre u otros fluidos del cuerpo del infectado puede provocar la transmisión del Ébola, por lo que los pacientes deben mantenerse aislados, y quienes tienen contacto con ellos, estar totalmente protegidos. Esto, sumado al tratamiento especial que deben tener los cadáveres de las personas ya fallecidas, añade un elemento tremendamente desolador e inhumano al virus.
Una enfermedad que tiene 4 décadas
Hace más de 40 años que el mundo tiene conocimiento sobre el letal virus del Ébola. Se sabe que se inició en la región occidental de África y que fue contagiado a los humanos por medio de animales salvajes. La prevención del contacto y del consumo de estos animales ha sido un esfuerzo infructuoso, ya que han habido más de 33 brotes de la enfermedad hasta este año.
Sin embargo, han sido 1500 las personas fallecidas en total desde 1975 hasta este último brote. Una cifra que es la mitad de las personas que han muerto en este reciente brote, y una cifra menor comparada a otras enfermedades. Desde un punto de vista demográfico y económico, el virus del Ébola no constituye un incentivo relevante para las farmacéuticas en orden a buscar una cura o seguir investigando para encontrar una vacuna, como manifiesta un artículo del Huffington Post.
No solamente otras enfermedades, como el SIDA, han adquirido una relevancia mayor para la comunidad científica, sino que además lsa personas que usualmente son afectadas por el Ébola en África son de un nivel socioeconómico que no augura buenas expectativas económicas para las empresas que deseen invertir en una cura para la enfermedad.
“No hay nada mágico acerca de obtener una droga o vacuna contra el Ébola. Seguramente la tendríamos hace años si hubiera una inversión mayor de parte de alguna compañía (…) los desafíos científicos no son tan profundos”, indica Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en el Instituto Nacional de Salud en Bethesda, en el estado de Maryland.
Y si bien existen varios avances en la materia, con varias drogas experimentales contra el virus siendo probadas, para Ted Ross, director del programa de vacunas e inmunización viral del Instituto de Vacunas y Terapia de Genes de Florida en Port Saint Lucie, la llegada al mercado de estos medicamentos tarda por las condicionantes económicas para su distribución. “No estamos al principio de estos desarrollos, pero siendo realistas probablemente todavía entre 5 y 10 años a que algo esté disponible en el mercado”, dice Ross.
Equipo Editorial / Entre Noticias
Nota del editor: En el video de AFP, se indica que el virus se podría eventualmente transmitir por el aire, lo cual no está científicamente documentado a la fecha.