Las tantas cosas que deseamos – por Rubén Luengas

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Consumismo

Por Rubén Luengas

Pobres de nosotros, tan lejos de San Francisco de Asís y tan cerca de Paul Mazur y Edward Berneys. Todo mundo sabe bien o mal quién fue San Francisco, pero muchos se preguntarán: ¿Y quiénes son ese tal Paul Mazur y ese otro Edward Berneys?

Empecemos por recordar unas palabras de Francisco quien siendo hijo de un rico comerciante pasó voluntariamente a vivir una vida simple y austera: "Yo necesito pocas cosas y las pocas cosas que necesito las necesito poco". Para la doctrina y los dogmas de la religión del consumo irracional que hoy nos domina, esas palabras de Francisco son una confesión imperdonable de herejía. Lo que mueve al mundo actual es exactamente la idea material de lo contrario: "Necesitamos muchas cosas y las muchas cosas que necesitamos las necesitamos mucho". Esa es hoy nuestra verdadera religión globalizada cuya liturgia se realiza frenéticamente en los templos y las catedrales en que han sido convertidas las grandes tiendas comerciales. Etimológicamente la palabra templo significa: "lugar donde habita el espíritu". En ese sentido, el espíritu característico de nuestro tiempo podemos verlo grotescamente reflejado cada año en su máxima expresión, en el impresionante fenómeno masivo del llamado "Black Friday en Estados Unidos; una especie de viernes santo mercantil, justo inmediatamente después del Día de Acción de Gracias, en el que se se rebajan los precios de las mercancías en las tiendas que se atiborran de consumidores hasta alcanzar no pocas veces el éxtasis del arrebato y la disputa. Dicho espíritu comercial, prevalece incluso en muchos de los ámbitos de las diferentes denominaciones cristianas, en los que la fe se practica también como un acto más de consumo, dentro de la amplia gama de la oferta del mercado religioso, en el que sobran charlatanes y predicadores oportunistas que exhortan a la feligresía a luchar por tener, como signo inequívoco de la "presencia exitosa de Dios en la vida de la gente". Mercaderes y manipuladores de la fe que interpretan tramposa y erróneamente palabras evangélicas trascendentes como estas: "He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".

Por eso he iniciado diciendo que estamos muy lejos de San Francisco, pero ¿Por qué estamos tan peligrosamente cerca de los hasta ahora misteriosos Mazur y Berneys? Mazur fue un influyente banquero de Wall Street que trabajaba en los años 30 para Lehman Brothers, compañía global de servicios financieros de Estados Unidos y uno de los hombres que impulsaron un cambio profundo en el núcleo de la escala de valores de la sociedad estadounidense: "Debemos cambiar a Estados Unidos de una cultura basada en las necesidades a una basada en el deseo. La gente debe ser adiestrada para desear, para querer nuevas cosas, incluso antes de que las cosas viejas hayan sido consumidas totalmente. Los deseos de la gente deben estar por encima de sus necesidades", predicó este miembro de la poderosa élite empresarial que logró imponer su agenda, gracias a la habilidad propagandística del llamado padre de las relaciones públicas, Edward Berneys, tal como lo explica detalladamente el trabajo documental dirigido por Adam Curtis para la BBC,
The Century of The Self (El siglo del yo) que está disponible en internet con
subtítulos en español.

Edward Berneys, casi desconocido en la actualidad, sobrino estadounidense del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, fue el primero en tomar las ideas de su tío sobre los seres humanos, utilizándolas para manipular a las masas, trabajando primero para el gobierno del presidente Woodrow Wilson vendiendo con éxito al pueblo estadounidense la idea de entrar a la Primera Guerra Mundial y mostrándole luego a las corporaciones de la élite empresarial a la que pertenecía Paul Mazur, la manera de conseguir que la gente deseara cosas que en realidad no necesitaba, convirtiendo al mismo tiempo esa manipulación de los deseos en instrumento político de control social.

Terminada la Primera Guerra Mundial, Berneys decía que "si pudo usar con gran éxito propaganda para la guerra, esta se podía usar también para la paz". Desarrolló entonces la manera de modificar la forma en que los estadounidenses pensaban y sentían usando las ideas de su tío Sigmund Freud sobre las fuerzas irracionales escondidas dentro de los seres humanos. Su intención era hacer dinero manipulando el subconsciente de las personas, siendo uno de sus experimentos más impresionantes el de haber persuadido a las mujeres a fumar, teniendo entre sus primeros clientes a George Hill, presidente de la American Tobacco Corporation. Berneys supo que los cigarrillos simbolizaban al pene y el poder sexual masculino, entonces planeó que un grupo de mujeres escondieran cigarrillos entre su ropa, se unieran a un célebre desfile anual en Nueva York y cuando él les indicara el momento, encendieran sus cigarrillos de forma ostentosa ante la prensa, que había sido ya advertida por el propio Berneys diciéndole haber escuchado que un grupo de mujeres preparaba una protesta escandalosa encendiendo cigarrillos en pleno desfile. La prensa cayó en la trampa y reportó sobre una supuesta muestra de emancipación femenina, de lucha por la igualdad con los hombres encendiendo cigarrillos a los que las damas llamaban "antorchas de libertad". Al día siguiente la "noticia" estaba publicada en todo el mundo disparándose con ella la venta de cigarrillos entre las mujeres.

La idea central creada por Berneys, fue que las mujeres al fumar se sintieran más poderosas y más independientes, tal como millones de personas en el mundo se sienten hoy al identificar irracionalmente sus emociones con alguna marca, un determinado producto o hasta con su tarjeta de crédito.

Mientras millones de personas, cultural o religiosamente nos declaramos admiradoras o devotas de San Francisco de Asís, obedecemos en los hechos y hasta sin saberlo a la telaraña de persuasiones de Edward Berneys; fallecido a los 103 años en 1995, conocido también como "el padre de la manipulación mental" y quien resulta ser hoy un ilustre desconocido para la mayoría. Sus técnicas de propaganda no se limitaron a ser herramienta esencial del "marketing", sino a transmitir ideología pura, toda una percepción de vida basada en el consumo irracional como fin y no en el consumo racional como medio para satisfacer nuestras necesidades reales. Lejos, pero muy lejos y en sentido contrario a San Francisco, las refinadas técnicas de Berneys y la de sus fieles discípulos nos siguen conduciendo hacia la trampa de consumirnos en el consumo y para el consumo cual vil rebaño dócil y desconcertado entre toneladas de mensajes subliminales y mecanismos inconscientes de una propaganda que apela para su éxito a la explotación del ego, la soberbia, el miedo la envidia, el narcisismo, el hedonismo, la frivolidad, la competencia, la insatisfacción y el racismo, entre muchos otros "diablillos" de nuestro inconsciente.

Mucho de lo que se le presenta hoy a la gente como noticias o información periodística en diferentes medios de comunicación, son en realidad herramientas de propaganda destinada a influir en las opiniones y las actitudes de las personas, tal como lo visualizara hace más de ocho décadas el banquero Paul Mazur y como lo pusiera en práctica de manera impecable Edward Bernays.

Con honrosas excepciones, muchas de las celebridades actuales de noticias en la radio y la televisión, están más bien en el negocio de las ventas y en la construcción de imagen para satisfacer lo que en televisión y publicidad se conoce como
The Q Score y no en el del periodismo que exige honestidad sin concesiones y genuina búsqueda de la verdad, si es cierto aquello de que vivimos o pretendemos vivir en democracia.

Pobres de nosotros, consumidores irracionales, compulsivos, engañados y manipulados. Tan lejos de Francisco de Asís y tan cerca del banquero Manzur y su propagandista Berneys, quienes nos siguen haciendo creer que poseemos cuando en realidad hemos sido poseídos.

Por cierto, les deseo a todos y a mí mismo, una vida llena de amor y de amistad ¿Se puede encontrar eso en las tiendas?

¿Tienes alguna opinión?. Escríbela a continuación, siempre estamos atentos a tus comentarios.

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10 Comentarios

  1. si no, no pasa nada.
    excelente post. lo escuché en contragolpe, que viene a colación porque su emisora subsiste con donaciones, mientras digamos "otros" son patrocinados con dinero y contenido de las empresas mas "brillantes" de América latina. no estamos tan lejos de San Francisco, esperemos al tren.

  2. Me gusto tu análisis bien certero y que no se te escapó hasta el consumismo en las diferentes sectas y religiones para llevar feligreses para que les dejen montón de $$$$$$$$$$$$$……..>

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