Este 26 de mayo, la Corte Federal de Apelaciones del 5to circuito (Nueva Orleans) ha rechazado un recurso interpuesto por la Casa Blanca para que la orden ejecutiva del presidente Obama entrara en vigencia. Dos jueces, Jerry Smith and Jennifer Walker Elrod, indicaron en su sentencia que el presidente Obama ha excedido su poder al tratar de diferir deportaciones a inmigrantes indocumentados, porque “es un acto afirmativo que confiere ‘presencia legal’ a una clase de extranjeros presentes (en el país) ilegalmente”. El otro juez, Stephen Higginson, había votado a favor del gobierno señalando la inacción del Congreso en la materia y que el Ejecutivo sí tendría autoridad suficiente para dichas aplicar dichas medidas.
Esta decisión judicial marca un nuevo revés para la actual administración, luego que el juez federal del mismo circuito, Andrew Hanen, bloqueara con un interdicto la aplicación de las medidas paliativas de inmigración en febrero pasado. El Ejecutivo esperaba al menos que los programas prometidos por Obama comenzaran, mientras en paralelo se dirime la resolución final en esta causa que ha sido impulsada por una veintena de estados controlados por autoridades republicanas.
La orden ejecutiva incluía una extensión de los beneficios y elegibilidad para los estudiantes que postulan al DACA (“Dream Act”) y también creaba el nuevo programa DAPA, que suspendería temporalmente los procesos de deportación de varios padres indocumentados con hijos estadounidenses, lo que podría haber beneficiado a un estimado de 5 millones de personas, incluso otorgando permisos de trabajo.
Futuro incierto de la orden ejecutiva
Los recientes fallos de la justicia ponen en tela de juicio nuevamente la capacidad del presidente para llevar adelante su agenda en el tema de la inmigración. Barack Obama se ha mostrado a favor de normalizar la situación de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, y ha prometido durante sus dos mandatos hacer de este tema una prioridad de su gobierno.
Sin embargo, Obama es el presidente en cuyo mandato se han deportado más personas, donde más familias han sido separadas, aparte de lidiar con una masiva inmigración de menores de edad desde Centroamérica. A pesar de contar con mayoría parlamentaria durante sus dos primeros años en el poder, el presidente de Estados Unidos no supo manejar este tema con la celeridad requerida y ahora el proyecto bipartidista aprobado en el Senado se encuentra estancado en la Cámara de Representantes.
Más aún, las continuas demoras y los recientes fallos judiciales siembran un enorme manto de duda sobre la autoridad del presidente en la materia. Según la opinión de muchos jueces, gobernadores y congresistas, Obama ha excedido su poder cuando anunció las órdenes ejecutivas en noviembre pasado. El mensaje presidencial donde se revelaron estas medidas ni siquiera fue transmitido en directo por las principales cadenas televisivas en inglés. De alguna manera, el presidente solo le habló a los latinos durante ese mensaje.
Tanto el mandatario como la cúpula del partido Demócrata culpan a sus rivales republicanos de bloquear toda acción en el Congreso (en la Cámara de Representantes para ser específico). Sin embargo, una lectura más profunda de la forma en que la administración Obama ha manejado este tema nos revela gruesos errores en los tiempos políticos y una decena de promesas y expectativas que no se cumplen. ¿Puede la comunidad inmigrante seguir confiando en las palabras de la Casa Blanca? ¿Siguen siendo válidas las explicaciones que culpan exclusivamente al partido Republicano? ¿Peca la comunidad latina de falta de participación en las elecciones? ¿Todas las hipótesis anteriores? Pareciera que a medida que avanzan los meses y se acerca el fin del mandato de Obama y el comienzo de una nueva carrera presidencial, son más las dudas que las certezas.
Por Hugo Espinoza / Redacción “Entre Noticias”