En su cuenta de Twitter, el analista Alberto Barranco opinó al respecto: “Se desnuda la actitud del gobierno. Le ofreció ( a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) la suspensión de evaluación magisterial para impedir boicot electoral. Fracasó y mete reversa”.
Aunque para quienes piensan que en México existe verdadera “separación de poderes”, cuando Chuayffet hizo su anuncio, la no evaluación magisterial había ya quedado sin efecto por ordenes de un juez.
Algo que la mayoría de medios de comunicación omiten decir y discutir en México, es que el movimiento disidente magisterial, particularmente en Oaxaca, sea verdad o no, asegura “no estar en contra de ser evaluados”, sino que propone en cambio una evaluación no estandarizada que entienda y respete el contexto real de sus vidas cotidianas: “Un sistema de evaluación educativa que destaque en sus bases filosóficas la formación educativa de un sujeto crítico, creativo, capaz de analizar, investigar, interpretar y proponer soluciones a problemáticas específicas de necesidades que se presenten en los contextos en donde les toca vivir y actuar. Una evaluación que tome en cuenta las necesidades de los pueblos, las características geográficas, sociales, culturales, demográficas y económicas particulares de su realidad cotidiana en entidades como Oaxaca”. En ese sentido, dicen los maestros, sin que su planteamiento se vea reflejado en las “noticias” y en los “análisis” de los medios de comunicación: “Los maestros conscientes del Estado de Oaxaca declaramos que estamos en contra de la evaluación estandarizada que pretende servir a los intereses de grupos políticos y de Organismos Internacionales que desconocen la verdadera situación que se vive en cada uno de los centros educativos del país”.
Fragmento de La maestra rural, Diego Rivera, 1923
Reflexión Entre Noticias:
Es obvio que para el señor Chuayffet, encargado de la educación de un gobierno como el encabezado por Enrique Peña Nieto, educación significa imponer en México el adiestramiento social propio y conveniente de la globalización neoliberal. Chuayffet no es un pedagogo, no es un educador, sino un político que fue puesto en el cargo para materializar lo que el pedagogo Paulo Freire denomino, el concepto “bancario de la educación”. En la concepción bancaria de la educación que se quiere imponer en México, el sujeto de la educación es el educador quien conduce al educando en la memorización mecánica de los contenidos. Los educandos son así una especie de «recipientes» en los que se «deposita» el saber. El único margen de acción posible para los estudiantes es el de archivar los conocimientos, convertidos en objetos del proceso, padeciendo pasivamente la acción del educador. De este modo, a mayor pasividad, con mayor facilidad los oprimidos se adaptarán al mundo y más lejos estarán de transformar la realidad. La educación bancaria es, por tanto, un instrumento de opresión.
Fragmento de El hogar tan querido, Diego Rivera, 1922-1928
La propuesta de Freire es la «Educación Problematizadora» que niega el sistema unidireccional propuesto por la «Educación bancaria» ya que da existencia a una comunicación de ida y vuelta, y elimina la contradicción entre educadores y educandos. Ambos, educador y educandos, se educan entre sí mientras se establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. Con la «Educación Problematizadora» se apunta claramente hacia la liberación y la independencia, pues destruye la pasividad del educando y lo incita a la búsqueda de la transformación de la realidad, en la que opresor y oprimido encontrarán la liberación humanizándose.