Ese 27 de agosto Guatemala volvió a mostrarse decidida a deshacerse de un Presidente que «perdió sus últimos vestigios de legitimidad», con las nuevas revelaciones presentadas por los fiscales del Ministerio Público (MP) y de la CICIG. El mensaje de Otto Pérez Molina emitido el domingo anterior, en el que dijo que no dimitía y rechazó aireado las acusaciones de los fiscales, ha levantado una ola de indignación sin precedentes.
Por si fuera poco, en abril de 2013, durante el juicio por genocidio y delitos de lesa humanidad contra el exdictador Efraín Ríos Montt, un ex militar identificado como Hugo involucró a Pérez Molina como responsable de ordenar el asesinato de miembros de la población civil y de quemar sus cosechas y pertenencias: “Los soldados que ejecutaron las masacres en el destacamento de Nebaj recibían las órdenes del comandante Tito Arias”, el alias de guerra del ahora presidente guatemalteco. Hugo agregó en su testimonio detalles sobre la forma de proceder de los soldados bajo las órdenes de Pérez Molina.
A la izquierda Otto Pérez Molina, alias comandante Tito Arias. A la derecha Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala
Testimonio de exmilitar en abril de 2013 contra Pérez Molina
“En cierta ocasión”, dijo, “a una mujer de 78 años, quien tenía una cabellera que le llegaba hasta la cintura, le cortaron la cabeza y, tras exhibirla como trofeo, la llevaron al comedor y la colocaron sobre una mesa, para asustar a las cocineras”. Añadió que ese día estaba de guardia en una de las garitas que protegían el destacamento militar, pero fue incapaz de tomar el café que acostumbraba, “porque se me quitaron las ganas”.
«Nadie había creado tanta ciudadanía como Otto Pérez Molina. Nadie había logrado que tantos habitantes de la capital se sacudieran una apatía de décadas y se interesaran nuevamente en la política, en la participación ciudadana»
Si el Presidente y sus secuaces logran evadir la justicia, no podrán escapar de la ley del Karma. Así lo explica Andrés Montano, director de Casa Tibet Guatemala, una organización budista que protesta frente al Congreso. “Igual que los católicos dicen que no basta con rezar, igual nosotros tenemos que salir de la meditación para manifestar”, añade. Este gobierno corrupto es una expresión del karma colectivo de Guatemala, indica, y es hora ya de empezar a sanar el país.