Si bien el territorio de Crimea, cercano a los 400 kilómetros de extensión de las maniobras, no correrá ningún peligro, la suerte de Transnistria preocupa mucho más a los autores del portal.
Se sabe que en los ejercicios tomará parte el destructor Donald Cook, capaz de interceptar cualquier misil balístico y de llevar misiles de crucero Tomahawk, los cuales a veces están equipados con una ojiva nuclear.
A Donald Cook lo acompañarán varios aviones Lockheed P-3 Orion-C, diseñados específicamente para operaciones de inteligencia, que también pueden transportar bombas con ojivas nucleares.
En ambos casos se trata de equipos suficientemente amenazadores para una región que ya se ha percatado de más de un intento de bloque de su territorio, que desgraciadamente no colinda con Rusia, efectuado por parte de Ucrania.
Transnistria, en la que rusos y ucranianos étnicos representan un 60 por ciento de la población, intentó separarse de Moldavia ya en los últimos años de existencia de la Unión Soviética, temiendo que los ánimos nacionalistas empujaran a Chisinau a unirse a Rumanía.
Moldavia perdió el control sobre los territorios al este del Dniéster en 1992, tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza.
Actualmente Transnistria representa un territorio fuera del control de Chisinau, con todos los atributos de un Estado, incluida una moneda propia. El idioma oficial de la república, donde viven unos 200.000 ciudadanos de Rusia, es el ruso.
En 2006 Transnistria celebró un referéndum en el que el 97,2 por ciento de los votantes se pronunciaron a favor de la unión con Rusia.