Errique Peña Nieto, el entonces jefe de la oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong en diciembre de 2014
Es inusual, extraño, que un jefe de la Oficina Presidencial haya sido el responsable de pronunciar el mensaje político en una ceremonia de esa naturaleza.
Ahora que este joven formado en instituciones de educación privada ha sido nombrado como Secretario de Educación Pública y a quien analistas consideran como uno de los hombres del presidente que pudiera ser impulsado hacia la conquista de la presidencia de México en el 2018, Entre Noticias comparte el video de ese discurso publicado en el canal de Youtube de Aristegui Noticias, mismo que nos hizo recordar aquella famosa frase del político mexicano Jesús Reyes Heroles:
“En política la forma es fondo”.
Ahora que Aurelio Nuño es Secretario de Educación, Entre Noticias comparte al final de estas lineas una frase en imagen del gran pedagogo brasileño Paulo Freire, autor de libros muy importantes como «Educación como práctica de la libertad». Lectura que a Nuño le sería de gran utilidad para que conociera el punto de vista exactamente opuesto al del gobierno para el cual trabaja y de lo que él se propone hacer en el terreno educativo.
Educación como práctica de la libertad
La educación de las masas es el problema fundamental de los países en desarrollo,
una educación que, liberada de todos los rasgos alienantes, constituya una fuerza
posibilitadora del cambio y sea impulso de libertad. Sólo en la educación puede nacer la
verdadera sociedad humana y ningún hombre vive al margen de ella. Por consiguiente,
la opción se da entre una ―educación para la ―domesticación alienada y una educación
para la libertad. ―Educación para el hombre-objeto o educación para el hombre-sujeto.
El autor considera que dentro de las condiciones históricas de la sociedad es
indispensable una amplia concienciación de las masas que a través de una educación
haga posible la autorreflexión sobre su tiempo y su espacio. Está hondamente
convencido de que la elevación del pensamiento de las masas ―que se suele llamar
apresuradamente politización‖, como dice Fanon en Los condenados de la tierra, y que
constituyó para ellas una forma de ser responsable en los países subdesarrollados,
comienza exactamente con esta autorreflexión que los llevará a la consecuente
profundización de su toma de conciencia y de la cual resultará su inserción en la
historia, no ya como espectadores, sino como actores y autores.
La pedagogía de Paulo Freire es, por excelencia, una ―pedagogía del oprimido,
que no postula modelos de adaptación ni de transición de nuestras sociedades, sino
modelos de ruptura, de cambio y de transformación total. La alfabetización, y por
consiguiente toda la tarea de educar sólo es auténticamente humanista en la medida en
que procure la integración del individuo a su realidad nacional, en la medida en que
pierda el miedo a la libertad: en la medida en que pueda crear en el educando un
proceso de recreación, de búsqueda, de independencia y, a la vez, de solidaridad.
La llamada reforma educativa no tiene nada que ver con la educación liberadora que Freire llevó a la práctica con resultados extraordinarios. Resultados que la clase política mexicana ignora o que no les interesan en lo más mínimo.
