Hace treces años, Toyota ya aplicaba la jornada de seis horas en Gotemburgo. Las reclamaciones de los clientes, las colas y el estrés se han reducido drásticamente y el personal se siente mejor, hay menos bajas voluntarias.
Ahora, en una residencia para mayores, las enfermeras han tenido la misma jornada cobrando por ella el mismo salario. Y los resultados son similares: mayor productividad y menores bajas por enfermedad o depresión.
Según cuenta a The Guardian una de las enfermeras: “Solía estar cansada todo el tiempo, llegaba a casa y pasaba el resto del día en en el sofá”, explica Lise-Lotte Pettersson. “A día de hoy tengo mucha más energía tanto en mi trabajo como en mi vida personal”.
Este exitoso experimento ha inspirado a otras empresas públicas de Suecia y también a otros negocios que están intentando incrementar la productividad de sus trabajadores. Aunque la prueba se está realizando ahora en el sector médico, quizá tenga incluso mejores resultados en otros sectores en los que los que el factor trabajo ya no es tan necesario.
Hace treces años, Toyota ya aplicaba la jornada de seis horas en Gotemburgo. Las reclamaciones de los clientes, las colas y el estrés se han reducido drásticamente y el personal se siente mejor, hay menos bajas voluntarias y es mucho más fácil encontrar nuevo personal para trabajar. Además los beneficios han crecido en un 25%.
Otro ejemplo se halla en Estocolmo. La directora de una start-up con 22 empleados, Maria Brath, explica que la jornada de seis horas les ha dado una ventaja respecto al resto de empresas porque atraen a trabajadores más cualificados: “Ellos son nuestro recurso más valioso. Otras empresas ofrecen más dinero, pero nuestra jornada laboral es más atractiva. Con ocho horas de trabajo al día no podríamos el nivel de creatividad que tenemos ahora”, asegura.
