«El viernes a las 07.30 de la mañana llegaron 50 personas, tumbaron la puerta de la casa y echaron todas mis pertenencias a la calle», dijo Alzati en una entrevista telefónica que fue posible marcando a uno de los números disponibles en su perfil de la red social para recibir ayuda.
Alzati, extitular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el período del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), relató que desde entonces está «hospedado por unos días en la casa de un amigo» que fue su secretario particular cuando fue director de la estatal Televisión Educativa (2013-2014).
El exministro, de 62 años, dice tener una mujer, de la que se divorció y con la que se volvió a juntar después, y un hijo de 14 años, que estarían en la calle de no ser por el apoyo de ese amigo.
«No tenemos dónde meternos, literalmente», agregó Alzati, que justifica su infortunio por una deuda del pasado y un supuesto engaño del abogado que lo representaba en ese caso, que llegó a manos de la justicia.
«Yo tenía un viejo adeudo que pensé que estaba resuelto judicialmente porque lo puse en manos de un abogado» y «ahora me doy cuenta que me traicionó, se vendió a la contraparte», denunció.
Nacido en la ciudad de Guanajuato (centro), el exministro cuenta que en parte su situación se debe a que no aprovechó los distintos cargos públicos que ostentó en su beneficio personal y aclaró que su patrimonio era fruto de negocios particulares.
«No fui deshonesto, no robé. Vivía en una casa muy grande, no lujosa pero sí muy notable, que obtuve a través de otro tipo de actividades en el pasado», concretamente participando «con amigos en algunas empresas fuera de México», una de ellas para llevar adelante «el desarrollo de la telefonía celular de Cuba», relató.
Alzati fue director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), a quien dijo «querer, respetar y admirar».
Su siguiente paso, la dirección de la SEP en 1994, estuvo marcado por la polémica, ya que en pocas semanas renunció al cargo debido a que el Gobierno mexicano publicó en su perfil público que tenía un doctorado de la Universidad de Harvard (EE.UU.) sin ser eso cierto porque le faltaba «defender la tesis», reconoce.
Aunque también sostiene que las denuncias que le obligaron a dimitir partieron de «enemigos poderosos» y «gente que no quería los cambios» que él pensaba hacer en la SEP, vinculados a la eliminación de un sistema que obliga a todos los maestros públicos a dar un aporte de su sueldo al sindicato.
De su último cargo público, en Televisión Educativa, fue cesado hace un año y medio por un incidente que también tuvo una fuerte repercusión mediática.
«Cometí el exabrupto de insultar a unas gentes» que «empezaron a leer un poema» de la muralista Aurora Reyes (1908-1985) «que a mi gusto atacaba al licenciado Enrique Peña Nieto», el actual presidente mexicano, confesó a Efe Alzati, que asegura que esta es la «tercera vez» en su vida que lo pierde «todo».
Ciertamente en junio del año pasado, Alzati Araiza fue protagonista de su último escándalo en la administración pública, tras hacerse públicos grabaciones de audio en las que canceló, a gritos y con groserías, la lectura de un poema de Aurora Reyes de 1948 que, dijo, ofendía al Presidente Enrique Peña Nieto.