Cristina Fernández de Kirchner y Nicolás Maduro en declaración conjunta en Casa Rosada. Miércoles, 08 de Mayo de 2013.
Las recientes elecciones de 1era vuelta, en la Argentina, permiten hacer un análisis en perspectiva comparada, entre lo ocurrido y lo que se avecina en Venezuela. Ahora bien, toda comparación tiene una base común. En este caso, es el modelo de democracias populares – o radicales, tal como lo denominan los tanques pensantes norteamericanos y europeos- que existe, con variantes en ambos sistemas políticos. Los líderes constructores de ambos proyectos – ya fallecidos- Néstor Kichner y Hugo Chávez, levantaron una estructura de apoyo popular, de profundización de la democracia, de ruptura con viejas prácticas neoliberales perturbadoras y cuyos herederos (Cristiana Kichner y Nicolás Maduro)han tenido serias dificultades (internas y externas)que afrontar.
¿Qué caracteriza estas democracias populares y radicales? En primer lugar, una ruptura con las tradicionales élites políticas que hegemonizaron los respectivos sistemas electorales. En el caso de Argentina, el peronismo da para todo. Hay peronistas de derecha (suena un exabrupto, pero hay que recordar al ex presidente Menem), peronistas de izquierdas, en fin, una variedad ideológica. En el chavismo, hay sin duda una derecha endógena, que atenta contra la propia construcción del socialismo a través de su burocratismo, clientelismo y corrupción. Sin embargo, ambos liderazgos rompieron con las tradicionales hegemonías políticas y económicas, ganándose su resistencia y acción conspirativa. ¿Hay diferencia entre la acción de la Sociedad Rural Argentina, la FEDECAMARAS venezolana, con la articulación mediática de EL Clarín y La Nación; o el accionar de El Nacional? La respuesta es no. Tienen como conector común el papel de intermediador que juegan en el sistema-mundo y los intereses que ellos representan a lo interior de la estructura económica-social en Argentina y Venezuela. Por ello, el común denominador de la Sociedad Rural, de FEDECAMARAS, de los diarios La nación, El Clarín y El Nacional, es su resistencia a una mejor distribución de la riqueza.
En segundo lugar, ambos liderazgos de Kichner y Chávez, trajeron a la política – al debate político- la necesidad de distribuir la riqueza y generar políticas de equilibrio social. Ello se traduce, que hay menos excedentes de apropiación por parte de las elites propietarias. Las políticas sociales de Kichner y Chávez, generaron un mejor coeficiente de Gini, es decir, menos desequilibrios en la distribución de las riquezas en Argentina y Venezuela. La reacción de las derechas propietarias en ambos casos, fue la misma: decir que se socializaba la pobreza y que el Estado daba dádivas a costa de los que más tienen.
La foto es del 05/08/2010, faltaban 2 meses para la muerte de Néstor: Hugo Chávez saluda a quien era el secretario general de Unasur, Néstor Kirchner, en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas, donde se reunieron para discutir la crisis diplomática entre Venezuela y Colombia. (AFP PHOTO / Miguel Gutierrez)
Tercero, Kichner y Chávez pulverizaron los liderazgos tradicionales de los partidos históricos pero al hacerlo, por dialéctica, “impulsaron” liderazgos empresariales de nuevo tipo, que hoy tienen asediado la posibilidad de continuar el proceso de transición. En el caso de Argentina, Mauricio Macri, empresario ligado a grupos de poder y en Venezuela, Henrique Capriles Radonsky, aunque esté último con competición en el caso del más radical de derecha, Leopoldo López.
Esa democracia popular o radical, ha generado presiones externas, que responden a los intereses de los imperialismos colectivos en Argentina y Venezuela. La economía argentina, poderosa industrialmente, ha sido acosada por los capitales buitres, que tienen parte de su deuda externa y la presionan de maneras diversas. En el caso de Venezuela, está asociado al petróleo y el papel geopolítico del país en el Continente. Esos actores externos se asocian con los elementos de la nueva derecha. No es casual que la estrategia política de Macri, tenga coincidencia con la estrategia electoral de Capriles en octubre de 2012. Eso es, disolver su identificación directa con el discurso liberal y presentarse como un moderado.
Macri y Capriles, han edulcorado su discurso, hablan de lo “popular”, hablan de apertura a todos los sectores pero en el fondo, representan los intereses de los imperialismos colectivos. La apropiación de los elementos esenciales del discurso de izquierda es característica en ambos. Por otra parte, observamos la aplicación de una estrategia de transposición, eso es asignar las responsabilidades al adversario. Macri y Capriles, representantes del liberalismo y del ajuste privatizador, le asignan la culpa de la crisis económica heredada a los líderes Kichner y Chávez. Nunca dicen que ha sido el liberalismo y sus prácticas las que condujeron a la pobreza y la exclusión en ambos países.
Henrique Capriles y Mauricio Macri
Lo más peligroso, es que el avance de la nueva derecha, es una co-responsabilidad de estos liderazgos sucesores, en el sentido que muchas veces se asumen posiciones dogmáticas, que renuncian a profundizar la transformación iniciada y resolver los errores que se cometen, son ampliados – a través de operaciones psicológicas- por las redes mediáticas.
El grupo Clarín y El Nacional, mantienen un constante bombardeo comunicativo contra los gobiernos de Cristina Kichner y Nicolás Maduro, ampliando, magnificando, amplificando los errores, los casos de corrupción (que sin duda hay), pero peor aún, impulsando el descontento, el miedo, la frustración y la desesperanza, creando confusión e incentivando un “voto castigo”, presentando a esta Nueva derecha, como una opción “liberadora”. Detrás de todo esto, hay una intervención velada, pues está claro para los imperialismos colectivos la urgencia de desmontar, en términos geopolíticos la tríada ABV (Argentina, Brasil y Venezuela).
Nicolás Maduro y Cristina Fernández
El resultado en Argentina, muestra el enjundioso esfuerzo, por desmontar estas democracias populares y producir un retroceso (la estrategia rollerback de Obama) a situaciones previas, donde haya Gobiernos accesibles y complacientes en términos de control de recursos naturales. La enseñanza para las próximas elecciones en Venezuela, es para el PSUV y el Polo Patriótico, en lo que respecta a las estrategias de comunicación política y cómo estas buscan confundir al electorado clave (los sectores populares). La arremetida imperial es clara. ¿Qué hacemos? Contemplamos o actuamos¡¡
Twitter: @historiadorjuan