Según señala el autor del libro, la reforma de este apartamento se financió con fondos que un principio iban destinados al hospital infantil Bambino Gesù, propiedad de la Santa Sede, explica Infovaticana.
Los fondos tendrían su origen en la Fundación Bambino Gesú, creada para ayudar al hospital pediátrico que gestiona el Vaticano. La reforma del ático de 700 metros cuadrados en el Palazzo San Carlo que ocupa el cardenal Bertone ha estado siempre rodeado de polémica y provocó la indignación del Papa Francisco, al enterarse el Pontífice del costo de las reformas.
El ático de Bertone une dos apartamentos: el que en un tiempo estuvo asignado (300/400 metros cuadrados) a Camillo Cibin, jefe de la gendarmería durante el papado de Juan Pablo II, y el de Monseñor Bruno Bertagna (cerca de 200 m²), vice presidente del Consejo Pontificio para la textos legislativos. A esto se añade una terraza de 100 metros cuadrados.
Francisco ordenó una investigación sobre una cuenta de 60 millones de Euros en el IOR, conocido como Banco Vaticano, que podría estar relacionada con el Cardenal Bertone. El origen de esos 60 millones de euros podría guardar relación con la gestión de algunos hospitales eclesiásticos en Génova, de donde el propio Bertone fue arzobispo.
El cardenal Tarsicio Bertone, ex secretario de Estado del Vaticano, denunció hoy las “calumnias” contenidas en dos libros con documentos secretos de la Santa Sede en relación con diversos gastos que se le atribuyen.
“Es una vergüenza, no sé cómo defenderme”, declaró al diario “Corriere della Sera” el cardenal en relación con los datos publicados sobre el coste de renovación del apartamento en el que reside.
La residencia de Bertone, datos de cuyo coste y dimensiones ya fueron objeto de polémica hace unos meses, fue reformada con un coste de 300.000 euros que el cardenal asegura pagó de su bolsillo.
“En cuanto al apartamento que me fue asignado de acuerdo con el papa Francisco y los superiores del Governatorato, se me comunicó que ese año no había dinero en el presupuesto para la reestructuración y que debería sufragar los gastos”, explica Bertone.
El cardenal añade que el Governatorato (Gobierno de la Ciudad del Vaticano) le envió las facturas para que afrontara el pago y que las saldó con dinero de su cuenta.
“Pagué con mis ahorros por un apartamento que no es de mi propiedad y que quedará en el Governatorato”, alega el ex secretario de Estado.
“No vivo en el lujo”, responde Bertone al ser preguntado por cómo se compara con el papa, que reside en un apartamento de 50 metros cuadrados en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano.
Según el cardenal, el apartamento en el que él reside mide 296 metros cuadrados y no los quinientos o más que se mencionan en los libros “Via Crucis”, de Gianluigi Nuzzi, y “Avarizia”, de Emiliano Fittipaldi, que salieron hoy a la venta y que presentan documentos secretos del Vaticano.
Añade que con él vive “una comunidad de tres monjas que me ayudan. También hay una secretaria que el Santo Padre me concedió para escribir las memorias de tres papas, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Hay una biblioteca, el archivo, habitaciones para todos…”.
El cardenal Bertone asegura desconocer que haya facturas relacionadas con la reforma de su apartamento pagadas por la Fundación Niño Jesús, entidad vaticana de asistencia médica a niños y niega que autorizara que aquella sufragara la renovación de su residencia.
Tampoco dice conocer que esa fundación pagara un desplazamiento en helicóptero en el que Bertone viajó en 2012 para asistir a la inauguración de un centro del Niño Jesús en la región italiana de Basilicata y que según los libros mencionados costó 24.000 euros.
El Cardenal Bertone dice que todo son calumnias pero se muestra incapaz de aportar una sola prueba que demuestre, por ejemplo, que el piso lo reformó con dinero de su bolsillo.