Los primeros sondeos muestran que el Partido Popular obtendría el primer lugar, aunque no logrando la mayoría absoluta que desearía y perdiendo control considerable de las decisiones políticas del país, gracias al avance de Ciudadanos. El segundo lugar, en tanto, sería disputado voto a voto por el PSOE y Podemos, lo que adelanta que el Parlamento español quedará muy fragmentado y obligará al PP a negociar para poder gobernar.
Según la red estatal RTVE, los conservadores de Mariano Rajoy habrían obtenido el 26,8 por ciento de los votos, lo que les da derecho a entre 114 y 118 escaños, mientras que el PSOE (socialistas) tendría entre 81 y 85, seguido de cerca por Podemos (izquierda), con 76-80, y en cuarto lugar estaría Ciudadanos, con entre 47-50, para un Parlamento de 350 diputados.
La participación en las elecciones generales hasta las 18:00 horas tiempo de España, se situaba en el 58.35% con el 89,89% de las mesas analizadas, según los datos ofrecidos en la página web del Ministerio del Interior.
La austeridad, sumada al creciente desempleo, la caída de los salarios y una retahíla de escándalos de corrupción, ayudaron a la irrupción de dos nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos, que quieren quebrar la alternancia de poder existente desde 1982 entre el Partido Popular de Rajoy y el PSOE.
«Creo que estamos en un momento histórico, nunca había visto unas elecciones como estas, son muy diferentes», dice en Ferrol José María Valera, de 76 años y jubilado del sector sanitario.
Los vientos de cambio parecen soplar en todo el país. Desde la costa atlántica hasta el litoral mediterráneo: «¡Que cambie el gobierno, que cambie!», reclama José Zapata, un pensionista de 70 años con gafas y americana en L’Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad más poblada de Cataluña, feudo obrero y progresista justo al lado de Barcelona.
«Llevamos muchos años de bipartidismo y hay que renovar la política», coincide Francisco Pérez, transportista autónomo de 53 años, con los ojos claros y una barba espesa y grisácea.
«Han sido cuatro años de mucha tristeza. Tenemos un buen país que no se merece a estos políticos ni tanta corrupción», lamenta Pérez, que desde el estallido de la crisis dice trabajar muchas más horas por mucho menos dinero.
Las paredes del colegio público donde vota, decoradas con dibujos y trabajos de los alumnos, parecen pintadas para la ocasión: naranja y morado, los colores propios de Ciudadanos y Podemos.
Los emergentes podrán condicionar al gobierno
Los sondeos auguran que ambos entrarán con fuerza en el nuevo Congreso español. La victoria parece ser para el Partido Popular de Rajoy, pero sin mayoría parlamentaria, lo que permitirá a los partidos emergentes condicionar la acción del gobierno.
«Espero que los nuevos partidos hagan presión, que se opongan al PP y le saquen los trapos sucios, la corrupción», dice en L’Hospitalet Jonathan Pozo, un ingeniero de 27 años que busca su primer trabajo.
Unos 400 km más al sur, en Valencia, uno de los principales focos de escándalos de corrupción en el país, Inés Cebolla, una sonriente pensionista de 84 años, vive el día con ilusión: «Es algo muy bonito, a ver si mejoran las cosas», asegura esta mujer, antigua votante del PSOE que esta vez apostará por Podemos.
Pero este cambio no ilusiona a todos. En el barrio más aristocrático de Madrid, a pocos metros del prestigioso Museo del Prado, mucha gente sigue fiel a Rajoy, bajo cuya gestión la economía del país volvió a crecer tras cinco años de crisis.
«Es muy importante esta elección. Llevamos cuatro años sufriendo como para que ahora se tire todo a la basura», dice María José Piñeyro, de 52 años, directora general de una revista de moda.
«Con Podemos entraríamos en el chavismo», asegura.
«Existe peligro: el comunismo», coincide Cristina Gómez Zubeldia, anticuaria de 57 años, temerosa de un pacto de gobierno entre Podemos, Ciudadanos y PSOE aunque el PP gane las elecciones. «Retrocederíamos muchos años y perderíamos credibilidad en Europa», considera.
«Este es un barrio de clase alta», reflexiona Antonio Velasco, un conserje de 28 años de la misma zona. En los últimos años «se ha distanciado la clase alta de la clase baja y la media se ha eliminado», lamenta antes de dar su voto a Ciudadanos.
Así se vivió la jornada electoral:
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Entre Noticias/Agencias