¿Dónde creen ustedes que se acercó a mi auto este vendedor de flores? ¿En alguna calle de la Ciudad de México donde abundan vendedores ambulantes?
Pedro me abordó hace unos meses debajo de un puente, al lado de un muy transitado Freeway de Los Ángeles, California. Cuando le dije que no llevaba dinero en ese preciso momento, Pedro respondió:
«Lléveselas y ahí me las paga cuando pueda».
Su comentario me emocionó mucho, pero no acepté la oferta. He pasado varias veces por el mismo lugar con la intención de comprarle sus flores, pero no he tenido la fortuna de volver a verle.
Comparto esto con ustedes, Entre Noticias, como algo propio del encanto de la vida simple, de algo que todavía puede uno encontrarse como flor entre el asfalto, en medio de la vorágine de las grandes metrópolis que nos devoran.
Si alguien ve a Pedo algún día en Los Ángeles, vendiendo sus flores, no sigan de largo y les aseguro van a descubrir en él, a un inmigrante mexicano de gran calidad humana, alguien a quien personajes millonarios, hinchados de sí mismos como Donald Trump, entre otros, no podrían llegarle a los talones.
Reflexión dominical/Entre Noticias