El texto está dirigido al presidente ejecutivo del organismo, Klaus Schwab y fue leída por el cardenal ganés Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz.
El máximo pontífice advirtió sobre la «cuarta revolución industrial», que significa una «creciente sensación de la inevitabilidad de una drástica reducción de puestos de trabajo». Es por eso que sostuvo que «menos oportunidades para un empleo satisfactorio y digno, conjugado con la reducción de la seguridad social, están causando un inquietante aumento de desigualdad y pobreza en diferentes países”.
En una clara advertencia a los empresarios, subrayó: «Hay una clara necesidad de crear nuevas formas de actividad empresarial que, mientras fomentan el desarrollo de tecnologías avanzadas, sean también capaces de utilizarlas para crear trabajo digno para todos, sostener y consolidar los derechos sociales y proteger el medioambiente. Es el hombre quien debe guiar el desarrollo tecnológico, sin dejarse dominar por él».
Luego, pidió que nunca la “cultura del bienestar nos anestesie», evitando compadecerse ante los clamores de otros.También, les dijo: «Llorar por la miseria de los demás no significa sólo compartir sus sufrimientos, sino también y sobre todo, tomar conciencia que nuestras propias acciones son una de las causas de la injusticia y la desigualdad”.
«No tengan miedo de abrir su mente y su corazón a los pobres. De este modo, ustedes podrán dar rienda suelta a sus talentos económicos y técnicos, y descubrir la felicidad de una vida plena, que no les puede proporcionar el solo consumismo», enfatizó.
Por último, concluyó: «Por el contrario, el momento actual proporciona una valiosa oportunidad para guiar y gobernar el proceso ahora en curso, y construir sociedades inclusivas basadas en el respeto por la dignidad humana, la tolerancia, la compasión y la misericordia».