La cifra de desempleados en los países de renta alta se ubicará este año en 46,1 millones, por debajo de los 46,7 millones de 2015, indica la entidad, perteneciente al sistema de Naciones Unidas.
De acuerdo con el análisis, la cantidad de individuos sin trabajo seguirá creciendo en 2017, al incorporar 1,1 millones de habitantes en esa situación de precariedad.
Para la OIT el panorama más preocupante está relacionado con las economías emergentes, pues el ascenso del desempleo podría sumar a 2,4 millones de personas en 2016 e incorporar a 1,4 millones en el transcurso de 2017.
Ese aumento “refleja en gran parte el empeoramiento de las perspectivas del mercado laboral en las economías emergentes de Asia, América Latina y de los productores de materias primas, en particular en la región árabe y en África”, evalúa el reporte.
El informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo”, considera que la ralentización de la economía global durante 2015 puede tener “un efecto retardado en los mercados de trabajo en 2016, dando lugar, especialmente en las economías emergentes, a un aumento en los niveles de desempleo”.
En 2015 el desempleo a escala internacional incluyó a 197,1 millones de personas; es decir, cerca de un millón más que en el año precedente y 27 millones más que en los años anteriores a la crisis iniciada en 2008.
La tasa global de desempleo fue de un 5,8 por ciento en 2015, aunque en la mayoría de las economías avanzadas el cifra de plazas labores aumentó más de previsto, dijo la OIT.
En opinión de la entidad, hay “nuevos riesgos de malestar social, asociados con un menor crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo”.
Durante el presente año, en varios países europeos, “el desempleo se mantendrá cerca de máximos históricos”, distingue el estudio.
Mientras en Estados Unidos y otras economías avanzadas el desempleo bajará a niveles anteriores a la crisis, aunque todo indica que el subempleo podrás mantenerse e incluso crecer.
Ese subempleo adoptará la forma de trabajo temporal o a tiempo parcial involuntario y de índices de participación más bajos, especialmente entre las mujeres y los jóvenes, advierte la OIT.
A juicio de la institución, en los próximos años la proporción de empleo vulnerable representará alrededor del 46 por ciento del total mundial.
“El problema será especialmente grave en las economías emergentes, donde se espera que el número de trabajadores vulnerables crezca en 25 millones en los próximos tres años, comentó el informe.