El testimonio explica cómo su trabajo, oficialmente denominado «especialista en medios digitales» (popularmente conocidos como «trolls»), consistía en publicar comentarios en diferentes páginas web haciéndose pasar por un lector espontáneo, por lo que cobraba una media de 100 dólares a la semana.
Según el relato del testimonio, al comienzo se trataba de redactar comentarios positivos sobre Clinton, pero a mediados de julio recibió instrucciones para «mitigar» a Sanders y, a partir de septiembre-octubre, se le ordenó utilizar una estrategia más agresiva.
Las instrucciones incluían acusar a Bernie de sexista y racista; desmoralizar a los partidarios de Sanders presentándolo como un candidato sin posibilidades de llegar a la presidencia; crear falsos testimonios de seguidores de Clinton ofendidos por los comentarios y actitudes de partidarios de Sanders; y crear falsos perfiles de seguidores del senador de Vermont para intervenir en foros contrarios y provocar una respuesta anti-Sanders.
«Quisiera disculparme aquí por todo este desagradable asunto», concluye el testimonio.
Información en ese mismo sentido también ha sido publicada en medios como New York Daily News
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