Bernie Sanders gana West Virginia y recupera «momentum»

Sanders, autoproclamado socialista democrático, ganó en uno de los estado más pobres de EEUU, mayoritariamente blanco y con fuerte dependencia de la industria minera. Se llevará así la mayoría de los 29 delegados en juego, con lo que recorta distancias con Clinton en la carrera por la nominación demócrata.

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Sanders justifica así sus motivos para seguir en la pelea por la nominación demócrata hasta la convención de junio en Filadelfia

Las encuestas de salida indicaban al principio una competencia muy cerrada entre Hillary Clinton y Bernie Sanders en la elección primaria del estado de West Virginia, hasta que los números empezaron a indicar que el senador por Vermont tomaba la delantera para concretar finalmente una nueva victoria sobre la exsecretaria de Estado.

Tal como ocurrió la semana pasada en Indiana, donde Sanders ganó contra todos los pronósticos, muchos de los principales medios de comunicación en sus coberturas especiales hablaban sobre este nuevo triunfo de Sanders básicamente desde un punto de vista matemático, enfatizando que Clinton «es inalcanzable», y sin comentarios significativos sobre la relevancia política que sin duda tiene, no sólo para entender el momento que enfrenta la muy polarizada sociedad estadounidense, sino para prolongar el suspenso sobre la nominación demócrata que, según Sanders, se extenderá hasta la convención de Filadelfia en julio.

Una vez sabiéndose ganador en West Virginia, Bernie Sanders aseguró nuevamente en su discurso que “está en la contienda para ganar” y no sólo para modificar la plataforma demócrata, subrayando enfáticamente que ya ha ganado 19 estados y que en esta ocasión la ventaja sobre Hillary Clinton había sido por dos dígitos (51%-36%), lo que lo llevaba a pensar en nuevos triunfos la próxima semana en Oregon y Kentucky.

La ovación más larga y que más resonó entre la audiencia, fue cuando el precandidato demócrata dijo que por ningún motivo Donald Trump debe en el próximo presidente de Estados Unidos.

“Hillary Clinton y yo tenemos diferencias, pero si en algo estamos de acuerdo es en que Donald Trump no puede ser presidente”, indicó Sanders.

Agregó que “El pueblo estadounidense entiende que no podemos tener un presidente que ha insultado a los latinos y mexicanos. Alguien que ha insultado a los musulmanes y que constantemente insulta a las mujeres de una u otra maneras”.

Por el lado republicano, tras la salida de John Kasich y Ted Cruz de la contienda, Donald Trump sumó delegados en las primarias republicanas al ganar en Nebraska y West Virginia, según las proyecciones de los principales medios del país, acercándose al número requerido de 1.237 delegados para asegurarse la candidatura del partido antes de la convención republicana en julio.

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