Marcial Maciel mantuvo una muy estrecha relación con Girolamo Prigione, delegado apostólico, y después Nuncio Apostólico (1978-1997) en México.
En su comunicado, la CEM agradeció la “labor diplomática” de Prigione en México, y lo encomendó “a las manos amorosas de Dios nuestro Señor”. Destacó también que el prelado nació en Castellazzo Bormida, de la diócesis de Alejandría, el 12 de octubre de 1921, y fue ordenado sacerdote el 18 de mayo de 1944.
“Los obispos de México agradecemos toda su labor diplomática en nuestro País, lo encomendamos a las manos amorosas de Dios nuestro Señor. Y pedimos a nuestra Señora de Guadalupe, interceda por él. Descanse en paz”, expresa la CEM.
Prigione ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede en 1951, prestando luego su servicio en la propia Representación Pontificia en Italia, Gran Bretaña, Estados Unidos de América y Austria. También fungió como Delegado en la Agencia Internacional para la energía atómica con sede en Viena.
Una vez electo para la Iglesia titular de Lauriaco, el 27 de agosto de 1968, fue nominado Nuncio Apostólico en el Salvador y en Guatemala. El 24 de noviembre de 1968 recibió la ordenación episcopal.
El 2 de octubre de 1973 se convirtió en Pro Nuncio Apostólico en Ghana y Delegado Apostólico en Nigeria.
Después, el 7 de febrero de 1978, recibió el encargo de Delegado Apostólico en México, y se convirtió en Nuncio Apostólico el 2 de octubre de 1992. Prigione se retiró del servicio diplomático el 31 de mayo de 1997.
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