El debate, que se celebrará en Las Vegas, Nevada, será el tercer y último cara a cara entre Clinton y Trump antes de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Acorde con su actitud desafiante del segundo debate, al que llevó a varias mujeres que han acusado de abusos sexuales al expresidente Bill Clinton, Trump decidió invitar ahora a Malik Obama, hermanastro de Obama y quien expresó en julio pasado su apoyo al magnate.
La jefa de campaña de Trump, Kellyanne Conway, explicó en declaraciones a la cadena MSNBC que Malik Obama “quería” asistir al debate y que están “felices” de haberlo invitado.
Cuestionado en su rueda de prensa diaria sobre esa invitación, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que Obama no se ha puesto a pensar al respecto y que apenas existe relación entre el mandatario y su hermanastro.
Entre los invitados de Trump está también Patricia Smith, madre de Sean Smith, uno de los fallecidos en el ataque de 2012 en Bengasi.
Ese ataque se produjo cuando Clinton era secretaria de Estado y, durante la Convención Republicana celebrada en julio en Cleveland, Smith culpó directamente a la ahora candidata demócrata de la muerte de su hijo.
Por su parte, Clinton invitó al debate de hoy, entre otros, a la presidenta ejecutiva de Hewlett Packard (HP), Meg Whitman, una destacada donante republicana que hizo público en agosto su apoyo a la aspirante demócrata.
El multimillonario Mark Cuban, uno de los críticos más feroces de Trump y que apoya a Clinton, también presenciará hoy en directo en debate, al igual que hizo en el primer cara a cara entre los candidatos.
El debate será moderado por el periodista Chris Wallace, de la cadena conservadora Fox News, y se espera que sea el primero en el que se trate en profundidad la cuestión migratoria.
El encuentro estará dividido en 6 segmentos de 15 minutos dedicados a los siguientes temas: la deuda nacional y los programas sociales, la inmigración, la economía, el Tribunal Supremo, la política exterior y la capacidad de los candidatos para ser presidente.
Mientras Clinton ha dedicado varios días a prepararse, Trump ha asegurado que confía en su propio instinto ante el careo en Nevada, uno de los estados más disputados y que pueden decantar la victoria de las elecciones.
Precisamente, las últimas encuestas en el estado -cuya población hispana representa el 27,8 % y supone el 17 % de los posibles votantes- sitúan a Clinton ligeramente por delante, con 2,5 puntos porcentuales de ventaja.
Se espera que la audiencia en este debate sea menor que la del segundo debate, cuando lo vieron 66 millones de espectadores, una cifra inferior a la del primero, cuando se logró un récord histórico de más de 84 millones de televidentes.
EFE