#AUDIO «Emergencia por combustible» revela caja negra de avión del Chapecoense

El #audio de las cajas negras revela el último contacto que tuvieron la aeronave y la torre de control, previo a la tragedia. "Emergencia de combustible" se oye decir al piloto urgiendo autorización y prioridad de aterrizaje.

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Chapecoense - Caja negra

La aeronáutica es precisa y tiene sus tiempos. En general pueden pasar años hasta que se determine realmente la causa de un accidente. A pocas horas de la tragedia es muy prematuro conocerlo, aunque ya se barajan varias hipótesis sobre qué sucedió. Se encontraron el avión y las dos cajas negras. Cada parte de la aeronave contiene información del siniestro. Una especie de «ADN» que detallará datos precisos de cómo impactó con el Cerro «El Gordo». Mucho más exacto es el contenido de la caja negra que contiene las grabaciones de la cabina y la otra que registra los parámetros vuelo y del avión al estrellarse.

El piloto y la controladora: la comunicación

Se difundió la comunicación de la frecuencia radial del vuelo fatal del Chapecoense. Estaban en zona de aproximación al aeropuerto de Medellín varias aeronaves, vamos a destacar tres. Ellas son: El avión de «Lamia», uno de «Viva Colombia» y otro de la compañía «Avianca» que se encontraba en «espera» a 21 mil pies, esto es unos 7 mil metros de altitud. El RJ-85 siniestrado se ubicaba por encima del avión de «Avianca», mientras que el de «Viva Colombia» estaba próximo al aterrizaje ya que había declarado una emergencia por pérdida de combustible. Ante ese dato, la torre le otorga prioridad con respecto al resto del tránsito aéreo.

El piloto de Lamia pide aterrizar acusando también problemas de combustible. La torre le otorga un descenso de aproximación en segundo turno, detrás del «Viva Colombia». Le pregunta cuánto tiempo podrá estar en el aire, a lo que el piloto reitera el problema del combustible y por eso solicita la autorización. La controladora ordena al «Avianca» a cambiar de rumbo. Es así esa aeronave cambia su rumbo y ve pasar por debajo suyo al avión de «Lamia».

La torre continúa dando indicaciones al avión de Chapecoense, describe que hay pista húmeda y pregunta además si necesitarán atención en tierra (equipos de emergencia) lo que Lamia contesta que confirmarán más tarde. También da otra novedad grave, dice que tiene «Falla total eléctrica». La radio operadora vuelve a indicar el estado de la pista y que los bomberos están alertas. En la comunicación se advierte que el comandante le grita al copiloto, «¡Vectores dile. Vectores!» Se observa por primera vez a través de la radio, que hay tensión dentro del cokpict del Lamia. Más tarde, la torrera no lo visualiza en el radar y se lo dice al piloto. El Lamia indica que tiene rumbo 360 y la torre le pide que se dirija hasta una posición cercana al aeropuerto. La controladora no conoce la altitud de la aeronave, lo que el piloto le confirma que están con 9 mil pies, es decir, 3 mil metros. La torre vuelve a preguntar la altitud pero nunca más respondieron. El avión ya se había estrellado.

Suma de causas, una tragedia

En la aeronáutica ningún accidente obedece a una sola razón. Al contrario se habla siempre de un factor de situaciones o hechos los que provocan el siniestro. También dejó de hablarse de «falla o error humano» como única causa ya que es ésa una característica indivisible de la conducta de las personas.

Observando hasta aquí los datos comprobables es claro que el combustible fue central en el accidente. Especulemos un poco más: el piloto ¿cargó antes del despegue la cantidad de combustible necesario como para llegar a destino con sus posibles aeropuertos alternativos?

Otra pregunta: ¿El RJ 85 tiene la autonomía necesaria para el vuelo desde Santa Cruz de la Sierra a Medellín sin escalas? El manual del fabricante dice que no, que la capacidad del combustible del avión no lo permite, no alcanza el rango mínimo de seguridad.

El comandante es quien determina qué cantidad de combustible se debe cargar a una aeronave. Pero también está entre el personal de tierra el responsable para darle despacho y autorizar su partida. Además se debe presentar un plan de vuelo a las autoridades que controlan el tránsito aéreo. Ese plan de vuelo detalla entre otros datos, cantidad de pasajeros, tipo de aeronave, origen y destino, etc. Quien recibe ese plan de vuelo también debe cotejar si la información que allí se da es correcta y que está en condiciones de realizar un vuelo seguro.

Desconocemos (todavía no fue difundido) si durante la travesía el avión tuvo que modificar el rumbo para esquivar tormentas, si eso sucedió por mínimo que fuera el desvío, también gastó combustible adicional. El Lamia debió esperar aún con una emergencia en pleno vuelo a que otra aeronave lo antecediera en el aterrizaje ya que el avión de «Viva Colombia» también estaba en problemas. A la falta de combustible se le agregó un problema aún mayor, el avión tuvo «falla eléctrica total» (aún no se conoce por qué causa) pero esa emergencia terminó haciendo que la cabina del avión fuera un verdadero infierno, con un sinfín de alarmas, volando en plena noche y con tormenta, y encima sobre montañas.

A continuación el audio del último contacto entre la aeronave y la torre de control, previo a la tragedia:

 

Entre Noticias/Agencias

 

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