One came from a working-class, socialistic background and saw himself as an intellectual and an ideologue. The other is a billionaire real estate magnate with a pronounced anti-intellectual streak.
Sin embargo, la autora considera que la pregunta más importante «no es si Trump es o no un Mussolini estadounidense, sino si la democracia de Estados Unidos pudiera ser tan vulnerable a la erosión fascista tal como resultó ser la democracia italiana«.
Algo muy importante en el artículo de Kimber Quinney que recomendamos ampliamente «Entre Noticias», es la advertencia de que la historia nos ha demostrado cómo «la democracia puede ser utilizada contra sí misma«.
Artículo publicado en inglés que puede ser leído íntegramente en The Conversation
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