«Una injusticia hecha a un sólo individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad». (Montesquieu) Foto: visita de Rubén Luengas a Manzanar en invierno 2012-2013
Durante el fin de semana, se realizaron en todo el país eventos de conmemoración por este 75º aniversario de la reclusión forzada de residentes legales o ciudadanos estadounidenses de origen japonés.
A raíz de la llegado de Trump a la Casa Blanca, quien al defender su propuesta de una prohibición del ingreso de musulmanes a Estados Unidos la ha comparado con la medida tomada por Roosevelt hace 75 años, no son pocas las personas que se preguntan si la historia podría llegar a repetirse.
La detención de personas de origen japonés como resultado de la orden ejecutiva de Roosevelt no se limitó a quienes vivían en Estados Unidos, sino también en países latinoamericanos como el Perú:
Así recuerda Blanca Katsura el momento en el que las autoridades se llevaron a su progenitor de la casa en la que vivía con su familia en una hacienda del departamento de Lambayeque, en el norte de Perú.
Los Katsura acabarían formando parte del grupo de más de 2.200 latinoamericanos de origen japonés (unos 1.800 de ellos residentes en Perú) que -acusados sin pruebas de llevar a cabo tareas de espionaje y otras actividades subversivas para el gobierno de Tokio- fueron enviados a la fuerza a campos de reclusión en Estados Unidos. (El Comercio)
El 6 de junio del 2012, después de 70 años, el condado de Los Ángeles pidió perdón por el trato que recibieron las decenas de miles de personas que fueron trasladados por la fuerza a diferentes campos de concentración que eufemísticamente utilizaron el nombre oficial de «Relocation Centers» (Centros de Reubicación).
Manzanar es el más conocido de los los diez campos de concentración estadounidenses que fueron utilizados para el cumplimiento de la orden ejecutiva 9066, ubicado a los pies de la Sierra Nevada en el valle Owens, California; entre los poblados de Lone Pine, al sur, e Independence, al norte, aproximadamente a 370 kilómetros al noreste de Los Ángeles.
Cuatro años antes, en el 2008, el gobierno de los Estados Unidos ofreció disculpas por la enorme injusticia cometida contra personas inocentes cuyo único pecado fue ser japoneses de nacimiento, descendientes de japoneses o Nikkeis, japoneses nacidos en segunda generación en un país distinto al Japón.
En el Valle Owens, 360 kilómetros al norte de Los Angeles, se ubica el campo de concentración de Manzanar donde estuvieron recluidas más de 10 mil personas de todas las edades. Fue uno de los campos más custodiados debido a la agresividad de los pobladores de la zona contra la población japonesa interna.
Fueron diez en total los campos de concentración donde encerraron en 1942 a la comunidad japonesa durante 3 años, obligándoles a vender sus propiedades y recibiendo todo tipo de insultos y humillaciones tras el ataque de la Armada Imperial Japonesa contra la base naval de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941.
Otros como el de Jerome, en los condados de Drew y Chicot al sureste de Arkansas con 8497 presos, no era tan vigilado como el de Manzanar porque estaba rodeado por áreas donde existía la mayor cantidad de serpientes del país.
Desde 1969 se realiza una peregrinación anual a Manzanar el último sábado del mes de abril, sin que esto despierte el interés de los medios de comunicación y mucho menos para valorar el hecho como algo que merezca explicarse por su importancia histórica y de trascendencia, potencialmente más vigente de lo que muchos podrían imaginar.
Imposible dejar de mencionar en esta breve referencia, al México-Americano Ralph Lazo de Los Ángeles, quien a los 17 años, tras enterarse de que sus amigos japoneses adolescentes serían llevados al campo de concentración de Manzanar, decidió voluntariamente vivir con ellos durante su encierro, siendo la única persona de otro origen distinto al japonés que permaneció durante los 3 años que duró el cautiverio.
Declaración de Kathy Masaoka, vocera del grupo pro japonés Nikkei for Civil Right Redress (NCRR) a la agencia EFE.
¿Campos de concentración ahora para musulmanes?
En 2016, organismos de Derechos Humanos y civiles de Estados Unidos se mostraron alarmados ante las propuestas de aliados del presidente electo Donald Trump para crear registros y campos de concentración para inmigrantes provenientes de países musulmanes.
«Lo hicimos durante la Segunda Guerra Mundial con los japoneses «, dijo Carl Higbie, portavoz de Great America, un Super PAC (Comité de Acción Política) que respaldó a Trump en una entrevista en el show de Fox News de Megyn Kelly en noviembre del año pasado.
Ver también: George Takei on 75th Anniv. of Internment of Japanese Americans & Why Trump is «The Real Terrorist»
Redacción/Entre Noticias