¿Por qué no condena Trump a rebeldes que masacraron niños el fin de semana en Siria?

Fisk dice que «justa fue la indignación» generada por el asesinato de niños y bebés de hace dos semanas, pero quejándose de que no haya pasado lo mismo con la masacre de niños y bebés ocurrida durante el fin de semana, habiendo muerto incluso más pequeños que la vez anterior.

Después del ataque suicida del fin de semana a un convoy de refugiados civiles fuera de Alepo que mató a 126 sirios, más de 80 de ellos niños, la Casa Blanca no ha dicho nada. A pesar de que el número de muertos fue mucho mayor, Trump ni siquiera expresó dolor alguno en Twitter. La marina de Estados Unidos no lanzó si siquiera una bala simbólica hacia Siria. La Unión Europea se mostró toda tímida y se negó a pronunciar una sola palabra, mientras en Downing Street fue suprimida toda discusión sobre tal acto de barbarie.

El atentado se produjo cuando los autobuses con evacuados de Fua y Kefraya, dos pueblos de mayoría chií de la provincia de Idleb (noroeste), esperaban en el paso de Al Rashidín para cruzar a las áreas bajo el control de las autoridades del régimen en Alepo. Los vehículos estaban aparcados en esa zona, cuando un vehículo tipo «pick up» estalló.

En protagonista involuntario de la tragedia se convirtió el fotógrafo Abd Alkader Habak, quien trabaja como reportero gráfico en la zona y quien no dudó un segundo en dejar su cámara en el momento del atentado para salvar víctimas. Su imagen, con un niño en los brazos, y, sobre todo, su cara de impotencia arrodillado en el suelo han dado la vuelta al mundo.

La imagen es el retrato de la desolación, de la impotencia, del horror.

En su cuenta de Twitter, Abd Alkader Habak refiere a la entrevista que le realizara un canal de televisión con el siguiente mensaje: «Eso es lo que pasó y eso es lo que vi con mis propios ojos».

Indignante que esta matanza más reciente, dice Fisk, no sea digna de «la misma cantidad de lágrimas» que produjera la anterior masacre.

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