«El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros». Ambrose Bierce (1842-1914)
En ella se narra, en el contexto de la muy ajustada elección para elegir gobernador en el Estado de México, el más poblado del país y donde el único partido que lo ha gobernado desde hace 88 años es el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que «a dos calles de la sección electoral 2451, entre Tecámac y Ecatepec, estaba una Suburban gris donde media docena de personas que acababan de votar hacían otra fila. Metían la cabeza, mostraban su credencial de elector y la comparaban en una lista«.
La crónica del diario cuanta que un hombre notó que estaban siendo fotografiados, y entonces alegó que la fila ante el vehículo era por un negocio de zapatos: «Ayer no los encontré en sus casas y vine aquí«. Sin embargo más tarde, dice la nota, el hombre dijo que «eran un grupo cristiano«.
¡Ave María Purísima! Vaya lugar para llevar a cabo un «encuentro religioso» y hacer fila ante ese vehículo donde, habría faltado decir al hombre citado que estarían acaso: ¿repartiendo las enseñanzas implícitas en los evangelios para que los fieles actúen cristianamente y no vendan su voto en elecciones?
La breve nota de Reforma cita el testimonio de Zitlalli Flores, estudiante del Politécnico que tuvo que tomar el puesto de escrutadora ante la falta del titular, quien dijo que era fácil identificar a los que vendieron su voto.
¿Sólo una manzana podrida dentro de la canasta electoral que mereció una breve nota únicamente en la página 8 de uno de los diarios más importantes de México? ¿Fue la del Estado de México una elección democrática tal como dijera el presidente del PRI Enrique Ochoa Reza o una «elección de Estado, como afirmara la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) Josefina Vázquez Mota desde su cuarto lugar en los resultados oficiales?
El periodista Julio Hernández escribe hoy en su columna Astillero del diario La Jornada
«La profusión de actos delictivos de índole electoral y la insuficiencia institucional para prevenirlos, frenarlos y combatirlos generó en Veracruz, Coahuila, estado de México e incluso Nayarit (donde la victoria panista se daba por descontada) una alteración del ánimo social que lo mismo se reflejó en un alejamiento de las urnas (ante el fundado temor de actos violentos) que en una generalizada desconfianza respecto de los resultados oficialistas».
En diferentes medios de México, analistas dijeron ayer durante la jornada electoral que la limpieza matemática de los resultados proporcionados por la autoridad electoral estaban garantizados y no había espacio para acusaciones en sentido contrario.
¿Tienen alguna validez quejas como ésta por parte de usuarios de redes sociales?
Va de nuevo. PREP captura mal mi casilla https://t.co/h83is8VYW0
— Compa Toño (@ajolote21) 5 de junio de 2017
El portal Sin Embargo publicó una nota sobre el clima que se sentía en las primeras horas de la jornada electoral en Tecámac, Estado de México:
Pero lo que si es igual, como en todos los años, en todos los procesos electorales, es la gente del PRI que aguarda a las afueras de la casilla. Hoy no traen playeras rojas pero están afuera viendo quién entra, quién llega y cuidan que las personas no hablen con nadie.
En las calles también hay gente trabajando. Son sobre todo señoras las que van con copias que esconden en medio de una revista TvyNovelas. Buscan los hogares de las personas que dieron una copia de su credencial de elector y ellas los invitan a ir a votar».
Esta película ya la hemos visto. La jauría "informativa" afila colmillos para ir contra la presa designada. ¿Me equivoco?
— Rubén Luengas (@rubengluengas) 5 de junio de 2017
La nota completa de Reforma puede ser vista reproducida por el periódico Zócalo
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