Era una persona solidaria, publicó Diario 16, sus familiares y amigos lo recuerdan como un hombre bueno, afable, divertido, apasionada por el fútbol.
Pau era cooperante internacional. “Sus compañeros de equipo hablan de él como una persona solidaria, activa, fue a muchos países a ayudar, entre ellos Haití”, En declaraciones a la televisión española, los amigos de Pau aseguraban, justo después de enterarse de la tragedia, que hablar de él era hablar de «una persona totalmente afable, simpática, que nunca levantaba la voz. Estar con él era siempre alegría».
Pau Pérez murió a manos del autor material del atentado terrorista en las Ramblas de Barcelona. Según fuentes policiales, el terrorista Younes Abouyaaqoub apuñaló a Pau Pérez durante su huida, a la altura de la zona universitaria de Barcelona y con el objetivo de robarle el coche.
Pau Pérez era vecino de Vilafranca del Penedès y esa tarde trágica volvía en su coche de visitar a su abuela Paula en Barcelona. En el camino de vuelta a su casa se encuentra con el conductor del vehículo, que había huido de Las Ramblas, por el Mercado de La Boqueria y en la línea de metro hasta las proximidades por donde desafortunadamente circulaba Pau.
Los Mossos dispararon al coche, que consiguió esquivar el control policial y acabó aparcado frente al edificio Walden de Sant Just Desvern. El conductor, supuestamente Younes Abouyaaqoub, había dejado el cuerpo de Pau en el asiento de atrás.
«Una persona que lo dejaba todo por amor y que construyó sueños y muchos ‘techos’ para que otros pudieran resguardarse de la lluvia«. Así recuerda la ONG Pasaporte para la Cooperación a su compañero Pau Pérez:
Pau era la persona perfecta para esta labor, le sobraba humanidad y humildad a la vez que sus conocimientos técnicos le permitían enfrentarse a casi cualquier tipo de situación. Además, era una de las personas más trabajadoras y perseverantes que hemos conocido.
Cruzaba fronteras para dar ilusión, esperanza y futuro. Así vivía su vida.
Pérez también trabajó en Haití con la ONG Aldeas Infantiles. El fallecido contribuyó, dice la organización, a crear 112 puntos de distribución de alimentos que atendían a casi 25.000 personas a diario. Además supervisó los trabajos de los técnicos de la construcción, electricidad y fontanería en la aldea de Santo en Puerto Príncipe.
«Pau se familiarizó con los trabajadores y habitantes de la aldea y sabía los nombres de cada una de las personas. Con los jóvenes hablaba de todo, jugaba muy bien al fútbol, era chistoso y amable», ha dicho Edzer Jacques, uno de los jóvenes que vivía en la aldea, según ha informado la ONG.
Siempre entregado a los demás…un hombre de cooperacion, solidaridad y altruismo. In Memoriam #PauPérez https://t.co/L0VTqfB8Ti @elmundoes
— Jose Maria Chiquillo (@ChiquilloBarber) 22 de agosto de 2017
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