«El primer ministro instruyó que se tomen medidas legales para negar los pases de prensa de todos los periodistas de Al Jazeera que trabajan en Israel y para cerrar sus oficinas en Israel», dijo la Oficina de Prensa del Gobierno en Facebook.
Netanyahu anunció el 26 de julio su voluntad de silenciar a esa cadena tras acusarla de «incitar a la violencia», especialmente durante los pasados enfrentamientos en la mezquita Al-Aqsa en julio.
Al Jazeera condenó lo que llamó «acusaciones arbitrarias y declaraciones hostiles«.
Agregó que la cadena «tomaría todas las medidas legales necesarias en caso de que llevaran a la práctica dicha amenaza», afirmando que su cobertura era profesional y objetiva.
Las autoridades israelíes comenzaron a agredir al canal en agosto, intentando revocar la acreditación del ciudadano israelí Elías Karram por falta de imparcialidad después de que él dijo en una entrevista en la televisión que su trabajo era «parte integral de la resistencia palestina» contra Israel.
Sin embargo el 30 de agosto, el gobierno israelí anunció que la acreditación de Karram se mantendría temporalmente por seis meses, durante los cuales Israel la cobertura del periodista sería supervisada.
Al Jazeera también está en la mira de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto quienes lanzaron un bloqueo de la señal de la cadena el 5 de junio.
Al Jazeera tiene alrededor de 80 oficinas en todo el mundo y transmite en varios idiomas, habiendo sido la caja de resonancia de la llamada Primavera Árabe contra los regímenes autoritarios de la región. Sus detractores la acusan de una inclinación pro-islamista, de la Hermandad Musulmana.
Netanyahu bars Al Jazeera's Israel chief from government press seminar on freedom of speech – https://t.co/eJyKUyYnS6
— Quique Kierszenbaum (@Quique_K) 7 de septiembre de 2017