«Es conocido que el personal de seguridad afgano recluta a niños pequeños como sirvientes, y que en ocasiones los menores son violados».
La investigación del Special Inspector General for Afghanistan Reconstruction (SIGAR) contiene una explicación mucho más detallada de la gravedad del problema, reza el artículo. Además, este informe fue completado y presentado al Pentágono para ser revisado en febrero de este año, cinco meses antes de que concluyera la evaluación de la Oficina del Inspector General del Departamento de Defensa (DODIG, en inglés) agrega el diario estadounidense.
Los resultados de la investigación del SIGAR —solicitada por 93 miembros del Congreso en 2015— siguen clasificados por orden del Pentágono, lo que genera dudas sobre la transparencia de los militares y la medida en que cumple con las leyes destinadas a frenar dichos abusos, alerta The Washington Post.
«Hubo un esfuerzo por desalentar la investigación»
El Pentágono respondió con «resistencia» cuando el Congreso solicitó al SIGAR —que desde 2009 ha publicado docenas de informes que denuncian la corrupción en el Gobierno afgano y la incompetencia entre sus fuerzas de seguridad— llevar a cabo la investigación, ha remarcado Tim Rieser, asesor de Leahy. Según Rieser, altos funcionarios del Pentágono argumentaron que el SIGAR carecía de jurisdicción para esta tarea en particular.
«Es justo decir que hubo un esfuerzo por desalentar la investigación» del SIGAR, ha sostenido Rieser, que añade que finalmente las dos agencias acordaron coordinar y publicar informes complementarios, pero que los investigadores del Pentágono no cumplieron las promesas de cooperar por completo.
Por su parte, el jefe del SIGAR, John Sopko, ha afirmado a través de un comunicado: «Al revisar el informe de la DODIG, está claro que el informe del SIGAR ofrece una imagen mucho más completa del problema. Esta es una información que creo que el pueblo estadounidense tiene derecho a saber».
16 casos de abusos sexuales
En el informe del Departamento de Defensa se afirma que fueron revisados 16 casos de abusos sexuales a niños desde 2010 hasta 2016, pero que el número real se desconoce debido a los procedimientos inconsistentes de presentación de informes, entre otros obstáculos.
No está claro si el SIGAR documentó más o menos casos de abuso sexual infantil, ya que esta evaluación no puede ser publicada hasta que sea aprobada por los funcionarios del Departamento de Defensa de EE.UU., que tienen la autoridad para investigar y redactar material clasificado para su posterior publicación.
En este sentido, Erica Gaston, abogada de derechos humanos en Global Public Policy Institute (con sede en Berlín, Alemania), ha afirmado que la decisión del Pentágono de hacerse cargo de la investigación sobre los abusos sexuales a menores genera inquietudes, porque —según la abogada— es a menudo menos transparente que otras agencias.
En la sociedad afgana existe la práctica de vestir a algunos niños como mujeres y hacer que bailen en las reuniones.
Esta práctica, conocida como ‘bacha bazi’, fue prohibida por los talibanes, pero revivió después de la invasión de Estados Unidos en 2001.
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