La Fuerza Aérea informó que Kelley prestó servicio en una base de Nuevo México desde 2010, antes de ser juzgado por una corte marcial en 2012 por agredir a su esposa e hijo.
La masacre del domingo ocurrió cuando Kelley, de 26 años, vestido de negro y con chaleco antibalas abrió fuego con un rifle de asalto contra los feligreses en una iglesia bautista, dejando, además, una veintena de heridos.
Las víctimas, con edades entre los cinco y los 72 años, asistían al servicio de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, una localidad rural de unos 400 habitantes y ubicada 50 kilómetros al sureste de San Antonio.
Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública de Texas, dijo este lunes a la prensa que «había un diferendo en esa familia», y agregó que la suegra de Kelley frecuentaba la iglesia donde ocurrió el ataque.
Según el funcionario, el ataque «no tuvo una motivación racial, y tampoco estuvo relacionado con creencias religiosas. Había un problema doméstico con sus familiares políticos», añadió.
De acuerdo con Martin, Kelley sabía que su suegra asistía a esa iglesia y que antes del sangriento ataque había enviado «mensajes amenazadores».
La Fuerza Aérea informó que Kelley prestó servicio en una base de Nuevo México desde 2010, antes de ser juzgado por una corte marcial en 2012 por agredir a su esposa e hijo.
Fue sentenciado a 12 meses de confinamiento y recibió una baja por «mala conducta».
El tirador fue descrito por las autoridades como un joven blanco que aparentemente se suicidó cuando huía en su auto mientras era perseguido por dos ciudadanos.
«Creemos que él tenía una herida autoinfligida por arma de fuego», dijo el sheriff Joe Tackitt a la cadena CBS.
Kelley abrió fuego afuera de la iglesia, antes de entrar, y seguir disparando, dijo Martin.
«Cuando salía de la iglesia, un residente local tomó su rifle y enfrentó al sospechoso, quien dejó caer su arma y huyó. El ciudadano persiguió entonces al atacante», detalló Martin. Las autoridades encontraron a Kelley muerto en su auto, que se estrelló durante la persecución.
Múltiples armas fueron encontradas en el vehículo, que fue revisado por expertos en explosivos.
«Tenemos varias escenas de crimen. Tenemos la iglesia, fuera de la iglesia. Tenemos el lugar donde fue localizado el vehículo del sospechoso», dijo Martin.
Entre Noticias/Agencias