“¡Gracias Omarosa por tu servicio! Te deseo muchos éxitos”, tuiteó el presidente Trump. Tratando de calmar los ánimos, según versiones de prensa, pero a destiempo. En una entrevista con ABC, Manigault desató aún más la polémica al afirmar que durante su estancia en la Casa Blanca observó actitudes que le habían afectado emocionalmente porque tenían que ver con su raza y la comunidad afroamericana.
“He visto cosas que me han hecho sentirme incómoda, me han entristecido y afectado profundamente. Será una historia poderosa que todo el mundo querrá escuchar”, dijo Manigault, cuyo empleo terminará formalmente el 20 de enero de 2018.
Aunque ella lo ha negado, calificando la versión de «ridícula», se han publicado versiones en el sentido de que habría sido escoltada para que abandonara la sede presidencial después de una discusión con el jefe de Gabinete, John Kelly. Lo cierto es que Manigault llegó a su cargo por su amistad desde hace 14 años con el presidente, a quien conoció durante su participación en el reality show que dirigía Trump.
“Tenía más acceso al presidente que la mayoría de gente. Les molestaba nuestra relación”, presumió la exasesora presidencial. Pero según fuentes citadas por The Washington Post, Manigault estaba obsesionada con su ego y tenía un gran afán de protagonismo que terminó con la paciencia del general Kelly.
“Cuando pueda contar mi historia, es una historia profunda que sé que el mundo va a querer escuchar”, amenazó. En la Casa Blanca se dice que algo cambió en ella cuando Trump no condenó las manifestaciones supremacistas de Charlottesville. Ahora, el único afroamericano con una buena posición en el Gobierno es Ben Carson, secretario de Vivienda.
Entre Noticias/ Agencias