Cuando le preguntaron si declinaría por algún candidato, dijo que «en la política no se descarta nada, que en la política todo puede pasar…”
Margarita decidió retirarse. En un extracto del programa Tercer Grado, Zavala dice:
“Aprovecho para decirlo aquí, de decirle a los ciudadanos que retiro la candidatura de la contienda por un principio de congruencia y honestidad política pero también para dejar en libertad a los que generosamente me han apoyado y tomen su decisión como se debe tomar en esta difícil contienda para México”.
Me parece evidente que le cuesta trabajo a la señora Zavala expresarse. Habla mucho y en realidad no dice nada, o casi nada.
Abandonó Margarita Zavala la contienda presidencial, después de una desastrosa y solitaria campaña. Por más que quiso convencer que iba “sola” hacia la presidencia, la sombra de Felipe Calderón la persiguió siempre. Muchos mexicanos no olvidamos el período de Felipe Calderón, que sin estrategia alguna, inició una guerra contra el narcotráfico que dejó un saldo de más de 121 mil muertos, quien terminó su sexenio dejando al país sumido en la violencia.
Margarita Zavala se había salido antes del PAN, siguiendo los consejos de su más cercano y fallido estratega, Felipe Calderón. Convencida de que conseguiría las 866,593 firmas requeridas, engañada tal vez por su entusiasmo, dándose cuenta que era prácticamente imposible recaudarlas, por lo que tuvo que recurrir a la falsificación de 219 mil y el INE se las perdonó.
Orgullosa por haber sido hasta entonces la única “independiente” de haberlo logrado, Margarita inició el tortuoso camino de su solitaria y fracasada campaña. En varias ocasiones fue cuestionada e increpada por personas preguntándole por qué su omisión y silencio ante la violencia desmedida que se desató durante el sexenio de su marido, y lo que más indignaba a muchos fue su indiferencia cuando ocurrió la tragedia de la Guardería ABC en la que murieron 49 inocentes, una guardería subrogada por el IMSS a una sociedad civil privada constituida por Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo prima de Margarita Zavala y dos personas más. Zavala nunca habló con claridad de la tragedia, pero sí veló por los intereses de su prima para que fuera exonerada.
Nadie de los que han gobernado y de los que ahora gobiernan nuestro país, quieren dejar el poder, porque de eso se trata, de permanecer en el poder, sin existir en ellos amor auténtico por México, sin haber dado testimonio de conocer su significado, sin haber demostrado más que su ambición que a través de los años crece y busca herederos. Ninguno de ellos
quiere perder lo que ha consolidado con dinero ajeno, con gran cinismo y sumidos en gran corrupción e impunidad. Entre este tipo de políticos, nuevos y viejos, prevalecen intereses de poder y dinero, siendo capaces por ello de hacer lo que sea con tal de no perderlos, uniendo fuerzas para evitar a toda costa que Andrés Manuel López Obrador pueda llegue a a la presidencia.
Creo que Meade es quien podría salir beneficiado de que Zavala haya desertado. Margarita dice no haber negociado nada, que no lo cambió por nada, afirmando que no declina a favor de nadie. Los pocos puntos que ésta le regale, le servirán a José Antonio para acercarse un poco más al segundo lugar.
Zavala se baja de la contienda… en la política de este país, nada se hace gratis, todo tiene un costo, toda acción genera beneficio, cuando le preguntaron si declinaría por algún candidato, dijo que “en la política no se descarta nada, que en la política todo puede pasar…” en el pasado Zavala ha tenido varios desencuentros con AMLO y con Anaya, por ende el que queda como único beneficiario es José Antonio Meade.
Hay una estrategia en su decisión, Meade, Margarita, y Felipe se conocen bien, pueden llegar a un buen acuerdo… en el remoto caso de que Andrés Manuel López Obrador no gane la presidencia.
Ana Lozano/Entre Noticias