Varios palestinos trasladan a un herido en las protestas en Gaza contra la embajada de Estados Unidos en Jerusalén. – REUTERS
A pesar de que el presidente estadounidense, Donald Trump, asegura que el traslado de su legación y el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí «servirá para avanzar hacia la paz», este ha sido el día con el mayor número de muertos en un día desde 2014.
Según el Ministerio de Salud palestino, en las protestas han muerto 52 personas, en su mayoría jóvenes de entre veinte y treinta años y al menos cinco de ellos adolescentes: uno de catorce años, otro de quince y tres de dieciséis.
Según el Ministerio de Salud palestino, en las protestas han muerto 52 personas, en su mayoría jóvenes de entre veinte y treinta años y al menos cinco de ellos adolescentes: uno de catorce años, otro de quince y tres de dieciséis.
Además, 2.410 personas han tenido que ser atendidas, más de la mitad de ellas por heridas de bala o metralla, otras por golpes y contusiones (varias de ellas de las latas que contienen los gases lacrimógenos) y el resto por asfixia a causa de su inhalación.
En Ramala se congregaron más de tres mil personas, que marcharon hacia el puesto de control militar israelí de Qalandia, donde se registraron disturbios con 35 heridos y atendidos por asfixia, y también hubo manifestaciones menores en Hebrón, Nablus y Belén.
«Vamos a marchar hacia Jerusalén contra el traslado de la embajada estadounidense. Jerusalén es la capital de los palestinos y todos estamos unidos contra la decisión de EEUU», dijo a Efe Isam Baqer, participante de la marcha de Ramala.
Los organizadores de la Gran Marcha del Retorno, que se inició el 30 de marzo, señalaron en Gaza que «instan» a su pueblo «a mantener todos los frentes de lucha abiertos contra la ocupación.
«Y consideramos a Estados Unidos y a la ocupación responsables de la sangrienta masacre de hoy en Gaza», subrayaron.
Estaba previsto que la marcha concluyese mañana, día en que los palestinos conmemoran la Nakba (Catástrofe) que para ellos supuso la creación de Israel, hace hoy setenta años, pero el comité organizador ha señalado que «mañana será un día de duelo y de dolor, para recompensar a los espíritus de los mártires», y ha suspendido las protestas previstas.
Suha Seder, una mujer de 42 años que participó en las protestas en el este de Gaza capital, señaló a Efe que ha acudido cada viernes desde que empezaron «para exigir el legítimo derecho al retorno», y aseguró: «Seguirán las protestas hasta que volvamos a nuestros hogares y ciudades en Palestina».
«Jerusalén es nuestra capital y Trump no tiene derecho de mover la embajada de su país a la ciudad. Mi familia vino de Ashkelon (hoy en Israel) hace 70 años y mis hijos y yo volveremos antes o después. Lo que se nos ha quitado a la fuerza debe ser recuperado a la fuerza», sentenció.
La versión de Israel
El teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz del Ejército israelí, señaló en conversación con un pequeño grupo de periodistas que «esta es la octava semana de la violencia orquestada por Hamás, y ha habido un nivel de violencia sin precedentes, en el que han tratado de plantar explosivos en la valla en tres diferentes puntos e intentado penetrar en Israel».
Los islamistas, aseguró, «envían a civiles a la frontera para que sus operativos entren después a matar a civiles israelíes y también son culpables de quemar y destruir la parte palestina del cruce de Kerem Shalom», aseguró.
A su entender, «Hamas está matando a Gaza» y se puede ver «un claro patrón» para empeorar la situación humanitaria en la Franja, mientras que Israel lo que intenta hacer es «defender sus hogares».
«No vamos a permitir ninguna infiltración en Israel ni riesgos para los civiles israelíes, por parte de miembros de Hamás o de hordas de gente tratando de romper la valla», advirtió.
El ejército de Israel realizó hoy varios ataques aéreos a infraestructuras militares de Hamás alejadas de los puntos de las manifestaciones, que Conricus aseguró que no son tales, sino «disturbios violentos».
El portavoz castrense considera los eventos de hoy como los más «feroces y violentos, tanto por la cantidad de personas como por la multiplicidad de lugares (trece en vez de los cinco habituales) y por los continuos intentos de cientos de amotinados de romper la valla en varios puntos distintos».
Asegura que nadie consiguió atravesar la divisoria y que no hubo daños más allá de un soldado herido leve por metralla en un caso que se está investigando.
Respecto a los heridos palestinos, dijo que la mayoría son por inhalación de gas y que no se puede confiar en los datos que da Hamás sobre heridos y muertos.
Además, considera que «el nivel de violencia que Hamás utiliza es el único factor que determina la cantidad de víctimas».
El general de Brigada Ronen Manelis, por su parte, declaró que Israel «no puede tolerar este tipo de acciones terroristas, y serán respondidas con fuerza».
Reacción de los países árabes
Tras los sucesos en Gaza, varios países árabes estudian pedir una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Gaza. Kuwait es el país que lidera esta iniciativa.
«Hoy o mañana podríamos pedir una reunión de emergencia», dijo a los periodistas el embajador kuwaití ante Naciones Unidas, Mansur Al Otaibi.
Al Otaibi responsabilizó a Israel de lo ocurrido en las últimas horas en la frontera de Gaza, donde al menos 41 personas han muerto por disparos del Ejército israelí, según datos del Ministerio de Salud palestino.
«Lo condenamos y habrá una reacción por nuestra parte», dijo el representante de Kuwait, que es miembro no permanente del Consejo de Seguridad.