El portal Truthout ilustra con esta imagen de Katie Jo Suddaby el impacto que las redadas y las deportaciones están teniendo en la comunidad inmigrante.
«El gobierno de Estados Unidos (EU) aterroriza a familias de inmigrantes con miles de redadas cada año. Estas redadas son, por diseño, militarizadas, aterradoras, violentas y deshumanizantes», dice Truthout, refiriendo también a síntomas en esas familias relacionados con el Trastorno por estrés postraumático (TEPT) y a la fractura de confianza de la comunidad inmigrante ante los servicios gubernamentales de todo tipo.
En esta serie, After the Raid: The Communal Trauma of Immigration Enforcement , activistas, investigadores, abogados, miembros de la comunidad y médicos se reúnen para reflexionar sobre cómo estas prácticas de aplicación de la ley están afectando la salud y el bienestar de las familias y comunidades inmigrantes en EU.
Se describe en este trabajo periodístico y sociológico, el impacto colectivo de un sistema de aplicación de la ley de inmigración que se basa en el perfil racial para su aplicación cotidiana y que existe para mantener un status quo racista.
En esta misma serie hay un muy importante trabajo que describe a las deportaciones y sus redadas como algo que se ha convertido en una «crisis de salud pública»: Deportation Raids Are a Public Health Crisis
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Lo que muchos defensores de los derechos de los inmigrantes y de los refugiados habían sospechado desde hace tiempo, ha sido confirmado por el Fiscal General Jeff Sessions: la administración Trump está separando deliberadamente a padres migrantes de sus hijos menores como un medio para disuadir no solo el ingreso no autorizado al país, sino también para hacer que la gente lo piense dos veces antes de solicitar asilo.
En un discurso ante la Asociación de Agencias Estatales de Investigación Criminal el lunes 8 de mayo, Sessions repitió la misma línea dura contra los refugiados e inmigrantes indocumentados que su jefe, el presidente Trump, que ha utilizado desde el comienzo de la temporada electoral de 2016: «Estamos restableciendo también el estado de derecho con respecto a la inmigración. Eso evitará el crimen».
Lo anterior reitera la afirmación sin fundamento del presidente Trump de que los inmigrantes indocumentados de México y otros puntos del sur son responsables de una ola de crimen, en su mayoría imaginaria, en Estados Unidos. No importa que un estudio tras otro hayan demostrado que los inmigrantes, incluso los que no tienen documentos, cometen crímenes contra personas y propiedades a un nivel mucho menor que el de los ciudadanos estadounidenses.
Describiendo el movimiento de inmigrantes indocumentados a través de la frontera sur como una «invasión», Sesiones complació a los peores elementos racistas y extremistas de la extrema derecha. «No vamos a dejar que este país sea invadido», anunció con retórica digna de una campaña militar.
En ese mismo discurso, Sessions confirmó la acusación hecha por la Unión de Libertades Civiles de los Estados Unidos entre otras organizaciones, en el sentido de que el gobierno «separa deliberadamente a los padres de sus hijos» con el propósito de disuadir a las personas de buscar asilo, además de anunciar que el gobierno está poniendo fin al Estatus de Protección Temporal para hondureños.
Entre Noticias/Truthout