Quienes defienden la inocencia de Rafael Correa, hablan del actual presidente Lenin Moreno como «traidor», mientras otros aseguran que se trató en realidad de un «infiltrado».
Su inclusión en esa lista empezó el 18 de junio de 2018, cuando fue vinculado a la investigación por el intento de secuestro de Fernando Balda, quien fuera simpatizante del movimiento de Correa para convertirse más tarde en su enemigo político.
Balda fue 2006 parte de la campaña que llevó a Correa al poder y cercano a él durante los primeros meses de su gobierno. Existen fotografías que lo muestran junto al entonces presidente; en una aparece incluso siendo abrazando por Hugo Chávez en la visita que el mandatario venezolano hizo al Ecuador en 2007. Según ha dicho, Balda dejó el gobierno porque Correa desestimó una denuncia de espionaje que él hizo, y se unió al Partido Sociedad Patriótica, del expresidente Lucio Gutiérrez.
En entrevista con el diario El Espectador, Balda explicó así su rompimiento con el presidente Correa:
¿Cuál fue el motivo de su ruptura con Correa?
Por el año 2008, yo le denuncié a Correa unas grabaciones en donde se escuchaba hablar al exsecretario de gobierno, José Ignacio Chauvin —mano derecha del entonces ministro de gobierno, Gustavo Larrea—, sobre una labor de espionaje en contra de los hermanos del presidente. Él se alarmo, aunque no tomó ninguna decisión frente a eso. Pero luego el círculo cercano al presidente me empezó a hostigar.
¿Qué decían esas grabaciones?
En los audios se puede escuchar un plan para buscar recursos para apoyar a la campaña de Correa. Allí se nombran a unos empresarios de apellido Ostaiza Amay, que terminaron siendo narcotraficantes y colaboradores de las Farc, según los computadores de Raúl Reyes. Correa sabía de la gravedad de lo dicho en esas grabaciones y por eso fue que me volví incómodo para el presidente.
¿Por qué emigra usted a Colombia?
Después del episodio de los audios yo me convertí en un crítico feroz del presidente y hablaba en diferentes medios de comunicación sobre casos de corrupción en su gobierno. Por esta razón, a mí me acusan de injuria y calumnia y de atentar contra la seguridad nacional y no tuve más remedio que emigrar.
Fernando Balda ha dicho que el presidente Correo dio ordenó que le secuestraran en Colombia para ser llevado de regreso a Ecuador. Continúa así su entrevista con El Espectador.
¿Qué pruebas tiene de que Correa fue quien ordenó secuestrarlo?
Durante un foro privado en 2012 organizado en Medellín, en el que participaron figuras como por ejemplo el expresidente Uribe, asistió un señor llamado Raúl Chicaiza, de origen ecuatoriano, que terminó siendo un agente encubierto de Correa. Chicaiza se reunió conmigo y le informó al presidente de mis actividades, según su propia confesión. Estaban planeando la forma de llevarme de nuevo a Ecuador.
¿Qué recuerda de su secuestro?
El 13 de agosto a las nueve de la noche un carro me intercepta en el barrio Cedritos, en el norte de Bogotá, y cuatro personas me suben a la fuerza. El secuestro se frustró luego de que alguien llamara a la Policía, que media hora después logró frustrar el operativo. Cuando terminó todo yo estaba cerca a la zona de Guaymaral, en donde, tengo entendido, querían eliminarme.
¿Cuál fue el papel de Chicaiza?
Luego de que se frustrara mi secuestro capturaron a varios de los implicados, quienes confesaron que quien los había contratado había sido Raúl Chicaiza. El hombre les había ofrecido US$800 a cada uno por la operación. De hecho, según la confesión de Chicaiza ante la jueza Daniela Camacho, Correa lo llamó por teléfono en dos ocasiones, antes y después del operativo fallido, para preguntarle cómo había salido todo.
¿Y por qué después de tantos años la investigación vuelva a abrirse?
Después de asumir, el presidente Lenin Moreno ordena la desclasificación de cualquier expediente con mi nombre y encuentran un documento denominado “Operación Guayacán”, en el que se narraba la infiltración de Chicaiza en el foro de Medellín, en el que yo iba a estar y los objetivos, que eran saber de mis actividades y de mi ubicación.
Respuesta del expresiente Rafael Correa
En julio pasado, el expresidente de Ecuador Rafael Correa comentó a RT la orden de prisión preventiva dictada en su contra por la jueza Daniella Camacho.
«No es que yo tengo una orden de arresto por la Justicia ecuatoriana. Tengo una orden de arresto por la injusticia ecuatoriana. Ecuador no es un Estado de derecho», afirma el exmandatario.
«¿Cuál es el marco legal con que se nombró al contralor, que es el instrumento de persecución del actual Gobierno ecuatoriano? ¿Con qué marco legal constitucional se nombró al fiscal, que es el que me persigue?», pregunta Correa, agregando que el fiscal fue «nombrado a dedo, sin concurso, con la consigna de meterme preso».
La Interpol rechazó la petición de Ecuador para arrestar y extraditar al expresidente Rafael Correa, así reaccionó el expresidnte ecuatoriano desde Bélgica.
Por favor, todos vean mi mensaje sobre la decisión de Interpol.
Mi suerte fue residir en el extranjero. Si no, me hubieran hecho lo mismo que a Lula o a JORGE Glas.
Ahora, seguimos luchando, y, pese a la indiferencia del mundo, ¡venceremos!https://t.co/Qb5W4pY88H vía @YouTube— Rafael Correa (@MashiRafael) 7 de diciembre de 2018
Para Correa, la acción judicial, en su opinión plagada de “irregularidades” y un “fraude total”, “no tiene ningún futuro”. “Pretenden con eso tenerme desterrado siete, ocho años, hasta que prescriba” y “tenerme fuera el país para la próxima campaña (electoral), en marzo de 2019”, agrega.
Desde Bélgica, de donde es oriunda su esposa, el exmandatario siempre ha negado cualquier implicación en los hechos y ha acusado a su vicepresidente de 2007 a 2013, y actual presidente Lenín Moreno, de orquestar un complot en su contra.
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