Al lugar arribaron un par de grúas, con las que fueron retirados los vehículos que transportaban el producto ilegalmente extraído.
Dos años después de la entonces calificada como «imposición» del presidente de la televisión, Enrique Peña Nieto, en medio de un México que se revolvía en las primeras protestas por la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, los titulares de los diarios presentaron un hecho que para ese hoy lejano 2014 no parecía ser algo destacable, e incluso no figuró como un tema del que había mucho que decir, se convierte en este 2019, en una tema que tras el lente de la cruzada contra el huachicoleo que lleva a cabo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador en algo que cobra una nueva dimensión.
Fue la mañana del 28 de diciembre de 2014 que elementos del Ejército mexicano y policías municipales aseguraron una toma clandestina en un predio cerrado, a unos metros de las propiedades del expresidente Vicente Fox.
Tras reportarse una balacera poco antes de las 19 horas del viernes anterior, policías del municipio San Francisco del Rincón arribaron a la comunidad rural de San Cristóbal, donde está el Centro Fox y el rancho del exmandatario; y en el predio marcado con el número 131 de la calle El Cañón encontraron una bodega en la cual decomisaron casi dos mil litros de gasolina.
En un inicio, vecinos de la comunidad rural pensaron que se trataba de cohetones, celebrando las fiestas decembrinas. Sin embargo, al percatarse de que se trataba de actos violentos llamaron a las autoridades.
Según la policía de San Francisco del Rincón, los balazos fueron el aviso para que los traficantes de combustible huyeran, ya que estaba cerca personal de la Secretaría de la Defensa Nacional.
En la bodega donde se guardaba el hidrocarburo fueron encontrados y también decomisados tres vehículos: dos camionetas Chevrolet y una Explorer. Sin embargo, no se informó de alguna detención, aunque las autoridades buscaron pistas para dar con el paradero de los presuntos delincuentes.
Al lugar arribaron un par de grúas, con las que fueron retirados los vehículos que transportaban el producto ilegalmente extraído. Los contenedores también fueron retirados, para devolver los mil 700 litros de combustible a las autoridades de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Cabe recordar que el entonces gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, advirtió que la paraestatal Pemex debería asumir su responsabilidad en la serie de robos a ductos de combustible y los accidentes que estos delitos conllevan, hoy sabemos que durante el sexenio del hoy ausente Enrique Peña, más que combatir el robo de hidrocarburos, se fomentó, convirtiéndose en un mal que le cobra factura a la sociedad mexicana.
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