Particular admiración, respeto y reconocimiento le rinde Ámsterdam a Vincent Van Gogh, uno de los pintores más geniales y al mismo tiempo, protagonista de una conmovedora existencia.
Impacta llegar a esta ciudad de incuestionable belleza, nacida gracias a una población decidida a hacer todo lo posible por contener al mar, dotándola de diques y puentes que atraen cada año a millones de turistas.
Ámsterdam es la capital de Los Países Bajos, ubicada, sí, por debajo del nivel de mar, tomando su nombre del río Ámstel que la rodea, y de la palabra Dam, que hace referencia a los diques que durante siglos fueron construidos para tratar de mantener el agua como aliada, hasta ganarse el sobrenombre de “La Venecia del Norte”. Hermosa capital de un país que ha robado de hecho cerca de la mitad de sus tierras al Mar del Norte, situado entre las costas de Noruega y Dinamarca en el este, las de las islas británicas al oeste y las de Alemania, los Países Bajos, Bélgica y Francia al sur.
A pesar de sus años, Ámsterdam es una ciudad joven, cuyo corazón, late al ritmo de la vertiginosa marcha de sus bicicletas, de sus recorridos a pie, en tranvía, o en bote, por las aguas de su acanalado ensueño humano, pletórico de reflejos luminosos de la vida, de lágrimas sigilosas sin diques que detenga su caída, de ecos de risas y voces vertidas en los espacios fascinantes de una de las grandes capitales del mundo.
Fue en la histórica Plaza Dam, donde nació Ámsterdam, con su obelisco de 22 metros de altura construido como Monumento Nacional en homenaje a los soldados neerlandeses caídos en la Segunda Guerra Mundial, y enmarcada por el Palacio Real, donde presenciamos la explosiva celebración por la llegada del nuevo año que transcurre.
En su origen la plaza Dam era una presa en el río Ámstel, construida en el año 1270 y era la conexión de las dos partes del río. Cuando la presa fue construida, se dieron cuenta que allí cabía una plaza, convirtiéndose en el centro de la ciudad, que fue creciendo a su alrededor.
Habíamos visitado antes el Ruks Museum o Museo Nacional de Arte e Historia de los Países Bajos, uno de los museos más importantes del mundo y símbolo de identidad para los neerlandeses, ya que reúne su colección de arte más significativa, especialmente del siglo XVII, el llamado Siglo de Oro.
Están ahí obras de Rembrandt como La ronda nocturna, Sociedad de tejedores, La novia judía, La lección de anatomía del Dr. Deyman, Retrato de Titus con hábito y Autorretrato como el apóstol Pablo, entre otras: “El pintor persigue la línea y el color, pero su fin es la Poesía”
En el centro de Ámsterdam, hay una plaza llamada, Rembrandtplein, como homenaje al genial artista. Está situada cerca de la casa donde vivió, convertida hoy en un museo. En el 400 aniversario del nacimiento de Rembrandt, en 2006, se expuso alrededor de la estatua de Rembrandt una representación a tamaño real de uno de sus cuadros más famosos: La ronda de noche.
De Jan Vermeer está en el museo Ruks, La lechera, Mujer leyendo una carta, y La carta de amor.
De Frans Hals: El retrato de boda y El alegre bebedor, entre miles de obras más que no puede uno ver con detenimiento en una sola visita, sin poder decir lo mismo de los los alegres bebedores de cerveza que son vistos por casi toda esta ciudad inquieta, multicultural, llena de movimiento y contrastes deslumbrantes. (NS) Como la revelación de esta aritmética de los sonidos ofrecida en la calle para quien quiera gozarla.
Particular admiración, respeto y reconocimiento le rinde Ámsterdam a Vincent Van Gogh, uno de los pintores más geniales y al mismo tiempo, protagonista de una conmovedora existencia, que supo desentrañar las bellezas del mundo desde una nueva manera de mirarlas, mientras vivía al mismo tiempo inmerso en el abismo de obscuridades interiores que no le impedían, sin embargo, pensar así sobre la fuerza del amor.
El contraluz es una expresión recurrente en los pinceles de Van Gogh durante su llamada etapa holandesa. Elementos de luces y sombras conformados en un mismo lenguaje, que darán lugar más adelante, durante su estancia en Francia, a expresiones de color puro.
Maravilloso haber visto en el Museo Van Gogh de Ámsterdam muchas de sus obras originales, como Los Girasoles o Los Comedores de Patatas, pero mejor aún la excelente guía de audio explicativa sobre la historia, el contexto y las características de muchos de los cuadros. Enriquecedor y muy recomendable para quienes lo visiten.
Habrán escuchado decir que “viajeros sin capacidad de observación, son como pájaros sin alas”, y en ese sentido, “sabe más del camino la tortuga que la liebre”. No teníamos mucho tiempo, por lo que decidimos concentrarnos en Ámsterdam y lugares cercanos como Haarlem, la ciudad donde naciera Harry Mulisch, uno de los escritores neerlandeses más famosos del siglo XX, cuya adaptación al cine de su libro ‘El Atentado’, ganó en 1987 un Oscar y un Globo de Oro al mejor filme extranjero. Y una villa encantadora llamada Zaanse Schans, donde quedamos fascinados con sus impresionantes y seductores molinos de viento y sus extraordinarios quesos.
Fue un viaje de invierno aleccionador, de observación y gozo compartido que renovó sin duda nuestra curiosidad y capacidad de asombro, en el que conocimos personas valiosas que comparten también el sueño de una mejor humanidad sobre el planeta. Gracias Ámsterdam.
Un video de Entre Noticias | rubenluengas.com
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