“El secretario de Relaciones Exteriores (Luis Videgaray) vino a Washington, sin que yo lo supiera, y estaba teniendo una cena de negocios en un restaurante de la ciudad».
Jared Kushner estaba trabajando en privado en asociaciones estratégicas con países extranjeros y se reunió discretamente con líderes mundiales fuera de las estructuras formales del gobierno de EU, según , dijo Tillerson al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes a puerta cerrada. Kushner cercaba a Tillerson y a su personal, de manera tal que el Departamento de Estado no podía administrar eficientemente la diplomacia de del país.
Una transcripción de la entrevista obtenida por The Daily Beast refiere al tiempo de trabajo con el presidente Trump y sus puntos de vista sobre cómo la administración abordó relaciones con funcionarios en países como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia.
En una parte extendida de la entrevista, Tillerson fue interrogado por el personal del comité sobre su tensa relación profesional con Kushner, el asesor principal de la Casa Blanca en Trump. En varios puntos, el ex secretario de Estado de Trump desahogó sus frustraciones por haber sido derrotado y dejado en la oscuridad por el marido de Ivanka Trump.
Quien fuera también presidente y director ejecutivo de Exxon, dijo haber sido ridícula la ocasión en la que se había topado con su homólogo mexicano en Washington, DC, solo por casualidad, cuando el funcionario mexicano había venido a ver a Kushner sin siquiera informarle al Departamento de Estado que se encontraba en el país.
«El secretario de Relaciones Exteriores [mexicano] vino a Washington, sin que yo lo supiera, y estaba teniendo una cena de negocios en un restaurante de la ciudad», dijo Tillerson. «Y el dueño del restaurante, el propietario del restaurante, se acercó y dijo: ‘Oh, señor secretario, podría interesarle saber que el secretario de Relaciones Exteriores de México está sentado en una mesa en la parte de atrás y por si quiere saludarlo». Algo muy inocente por su parte.
La nota publicada por The Daily Beast, cuenta que Tillerson se acercó a la mesa donde se encontró con un canciller mexicano aturdido: «Pude ver desaparecer el color de la cara del funcionario mexicano mientras con una gran sonrisa le dije que era bienvenido a Washington, que no quería interrumpir, y que me hablara la próxima vez que viniera».
Nota original y completa en inglés: The Daily Beast