En este sentido, el presidente mexicano aseguró no confiar en el organismo internacional, al que acusó de impulsar la política neoliberal que «causó muchas desgracias en México», durante el periodo de 1988 a 2018.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no decidirá la política económica del país, como ocurrió en el periodo neoliberal.
«Ellos ya no van a decidir sobre la agenda de México, eso se terminó ya», dijo el mandatario mexicano en su conferencia matutina de este 23 de julio.
Las declaraciones de López Obrador se produjeron luego de que el FMI recortara las expectativas de crecimiento económico de México a un 0,9% del Producto Interno Bruto para finales de 2019, de acuerdo con datos de su último Informe de Perspectiva de la Economía Mundial.
En su reporte, el FMI destacó la baja calificación crediticia de México, país donde «la inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha desacelerado, como resultado de la incertidumbre en torno a las políticas, el deterioro de la confianza y el aumento de los costos de endeudamiento, que podrían seguir aumentando tras la reciente rebaja de la calificación soberana».
En este sentido, el presidente mexicano aseguró no confiar en el organismo internacional, al que acusó de impulsar la política neoliberal que «causó muchas desgracias en México», durante el periodo de 1988 a 2018.
López Obrador también afirmó que organismos como el FMI deberían pedir disculpas a los mexicanos, por impulsar una política económica que apostó por las privatizaciones y el libre mercado, y derivó en una crisis de desigualdad social sin precedentes.
«Sin autoridad moral»
«¿Qué fueron las reformas estructurales del FMI? La destrucción de la petroquímica. ¿Qué fueron las propuestas del FMI, sus recetas? Que se desatara la inseguridad, la violencia», cuestionó el mandatario.
«¿Qué autoridad moral tienen? Con todo respeto. No vamos nosotros a renunciar a esos organismos, formamos parte en lo económico del sistema financiero mundial, pero eso no quiere decir que no sepamos lo que han significado sus políticas», agregó.
El mandatario mexicano convocó a los «tecnócratas y nostálgicos del neoliberalismo» a comparar los conceptos de crecimiento económico y desarrollo.
«Crecimiento es que se genere riqueza, pero puede ser que ese crecimiento signifique sólo acumulación de riqueza en unos cuantos», apuntó el presidente mexicano. «No es lo mismo crecimiento que desarrollo, es un debate importante para ir hablando del nuevo paradigma, no se pueden utilizar los mismos parámetros, no sirven, no funcionan», apuntó.
Rescate de Pemex
Desde el inicio de su Administración, López Obrador ha entablado una guerra de declaraciones con las calificadoras de riesgo, que han bajado la nota crediticia de México a pesar de los esfuerzos del nuevo Gobierno para rescatar de la quiebra a la empresa Petróleos Mexicanos(Pemex), cuyo alto nivel de endeudamiento es uno de los principales factores que ponen en riesgo a la economía nacional.
En la última semana, la calificadora Standard&Poor’s cuestionó el nuevo plan del Gobierno mexicano para rescatar a Pemex, al considerar que «se aleja de la reforma energética al adoptar una estrategia que incrementa la exposición a riesgos de negocios y desempeño», de acuerdo con un reporte difundido en medios económicos.
Reflexión Entre Noticias
John Perkins, en su libro «Confesiones de un Gángster Económico» retoma la declaración de Jim Garrison, presidente del foro State of the World, quien así se refiere a los instrumentos de presión económico mundial como el Fondo Monetario Internacional:
«Ningún país del mundo ha logrado resistir el magnetismo ineluctable de la globalización. Pocos escapan a los «ajustes estructurales» y los «condicionamientos» del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional ni a los arbitrajes de la Organización Mundial del Comercio, cuyas instituciones financieras, por más que inadecuadas, determinan todavía el significado de la globalización económica, cuáles son sus reglas y cómo se recompensa la sumisión y se penalizan las infracciones. Es tal el poder de la globalización que la generación actual probablemente presenciará la integración de todas las economías nacionales del mundo en un solo sistema de mercado global, libre pero no equitativo.»
La declaración del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador rompe con la inercia, al menos en las palabras, de consecutivos gobiernos mexicanos que siempre se mostraron sumisos a las imposiciones de la economía mundial, que sin duda poco o nada hacen por alejar a la sociedad del mundo de esa arraigada desigualdad. Sin embargo se ha firmado por otro lado el T-MEC que restringe el margen de maniobra de una economía como la de México que ha enfrentado por décadas el saqueo no sólo de sus descompuestas cúpulas de poder sino también de un sinfín de trasnacionales cobijadas por políticas neoliberales.
¿Es esta declaración algo que pronto se verá reflejado en los hechos o son palabras para disminuir un tanto las dudas sobre el rumbo que la «cuarta transformación», como así se hace llamar la actual administración, en materia económica?
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