Murió el multimillonario David Koch, uno de los principales donantes de la derecha extrema en EU

Su padre, Fred Koch, ideó un nuevo sistema para refinar el petróleo y en los años 20 del siglo pasado hizo negocios con Hitler y Stalin, hambrientos de combustible para sus maquinarias de guerra. Ahí se sentaron las bases del gran conglomerado Koch, que sus hijos heredarían y expandirían, no sin controversias familiares.

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Según Forbes, su riqueza al final de su vida era de USD 42.400 millones, lo que lo convierte en una de las personas más ricas del mundo.

El multimillonario y donante del Partido Republicano, David Koch, falleció a los 79 años de edad, anunció su hermano y CEO de las Koch Industries, Charles, a través de un comunicado. Koch Industries es un conglomerado de empresas que, de alguna manera, han marcado la economía y la política norteamericanas en el último medio siglo.

«Con dolor en el corazón anuncio el fallecimiento de mi hermano David. Todos los que trabajaron con David sin duda conocieron su gran personalidad y pasión por la vida», declaró Charles Koch, aunque no dieron a conocer el motivo del deceso.

Con una fortuna estimada en los $4,220 millones en 2019, según The New York Times, Koch era uno de los hombres más ricos del mundo. David Koch se retiró de los negocios de la familia en 2018 tras empeorar su salud. En 1992, le diagnosticaron cáncer de próstata y le daban pocos años de vida, pero logró combatir esa enfermedad gracias a los cuidados médicos.

La periodista de la revista ‘New Yorker’ Jane Mayer ha indagado en la historia de los Koch y de otros multimillonarios que también han apoyado a la extrema derecha estadounidense en el libro de investigación «Dinero oscuro».

Ya los orígenes de la riqueza de los Koch justifican el adjetivo ‘oscuro’. Su padre, Fred Koch, ideó un nuevo sistema para refinar el petróleo y en los años 20 del siglo pasado hizo negocios con Hitler y Stalin, hambrientos de combustible para sus maquinarias de guerra. Ahí se sentaron las bases del gran conglomerado Koch, que sus hijos heredarían y expandirían, no sin controversias familiares.

Primero, por la educación que recibieron de un padre que les golpeaba con un cinturón si lo desobedecían y de una niñera con simpatías nazis. Después, por las continuas disputas entre los hermanos. Los Koch, en realidad, eran cuatro, pero el mayor, Fred, y Bill, gemelo de David, se alejaron después de muchos pleitos.

En su libro, Jane Mayer cuenta cómo, tras varios fracasos impulsando candidaturas libertarias, David y Charles descubrieron que el mejor modo de influir en la política norteamericana era entrar en los centros de pensamiento. El dinero les abrió las puertas de las universidades más prestigiosas, en las que se cocinó, durante las últimas décadas, el giro neoconservador que ha acabado llevando a Trump al poder, aunque recientemente tuvieron diferencias por la política de tarifas comerciales que aplica el mandatario.

Acusados por el ex líder demócrata Harry Reid de “querer comprar el país” y de ser “multimillonarios embriagados de poder”, los Koch canalizaron su influencia política en el Congreso estadounidense a través del grupo Americans for Prosperity, creado en 2004. Su posición se vio aún más fortalecida tras el fallo de la Suprema Corte de Justicia de EE.UU. en el caso Citizens United v. FEC (Comisión Federal Electoral, por sus siglas en inglés). Esta resolución les permitió no solo a los ejecutivos sino también a cualquier empresario canalizar sus donaciones y aportes políticos de manera casi ilimitada a través de empresas, ONGs, sindicatos y asociaciones.

 

Koch se retiró el año pasado como vicepresidente ejecutivo de Koch Industries, el conglomerado que compartía con Charles, su hermano mayor, y que se convirtió en la segunda empresa familiar más grande de Estados Unidos.

Entre Noticias/Agencias

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