El presidente de Brasil va a proponer legalizar la exploración petrolera y de gas y la construcción de presas hidroeléctricas en tierras indígenas, informa la agencia AFP citando al diario O‘Globo que lo informó de acuerdo a documentos a los que tuvo acceso.
Dada la ideología neoliberal de ese gobierno, se sabía que intentaría abrir las reservas indígenas a esas actividades económicas, ya que desde la campaña presidencial el candidato ultraderechista lo había prometido y, activistas del medioambiente, temen que éstas aumenten la violencia y la deforestación.
Los pueblos indígenas de la Amazonía brasileña, viven en unas tierras muy ricas en recursos naturales como el oro, el cobre, el tantalio, el mineral de hierro, el níquel y el manganeso.
La propuesta del Gobierno incluye la integración de los pueblos indígenas para «llevar a cabo actividades económicas» en sus territorios, entre ellas la agricultura, la ganadería y el turismo, indicó O‘Globo, tras tener acceso a un borrador de proyecto de ley que el Ejecutivo tiene previsto presentar al Congreso.
Se someterá a consulta a las comunidades afectadas por los proyectos realizados en sus tierras, pero no tendrán ningún poder de veto sino solo la posibilidad de una compensación económica, según el texto.
Un portavoz del Gobierno dijo a la AFP que la propuesta «aún se está estudiando y no está terminada».
La noticia se da a conocer luego de que el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, se entrevistó con varios diplomáticos europeos para defender los planes del gobierno para permitir actividades extractivas en territorios indígenas y por lo que que Brasil ha sido criticado a nivel nacional e internacional.
Albuquerque aseguró la semana pasada que durante esos encuentros los líderes de muchas comunidades indígenas habían sido quienes pidieron al Gobierno permitir la minería en sus tierras, según un comunicado publicado por el ministerio en su sitio web.
Muchos importantes dirigentes indígenas brasileños como el cacique Raoni Metuktire, candidato al premio Nobel de la Paz, realizan, sin embargo, constantes giras en Europa para defender sus territorios de la deforestación y los planes del gobierno ultraderechista.
Sin embargo, Bolsonaro ve esas campañas internacionales de preservación de la Amazonía como una amenaza para la soberanía nacional y las atribuye a las intenciones de otros países de apoderarse tarde o temprano de esas riquezas.
En la Amazonía se registraron 89.178 focos de incendio en 2019, frente a los 68.345 de 2018, indicaron datos del Instituto Nacional de investigaciones espaciales (INPE, por sus siglas en portugués).
Muchos grupos ecologistas sostienen que los incendios son producto de la acción del hombre y, en particular, de hacendados alentados por la intención de Bolsonaro de avanzar en la explotación de la región amazónica en los flancos de la minería y la agropecuaria, que ya le ha causado fricciones con Alemania y Noruega.
Redacción Entre Noticias | Agencias | evr
